Cap. 4 Una Oportunidad

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Aún una semana después de lo sucedido, Riker no se atrevía a decir nada, ni a Ross ni a nadie, tal vez por que no encontraba las palabras o tal vez para no poner en evidencia a su hermano, quien todos pensaban, era incapaz de sentir algo similar.
Él no era de los chicos que tuvieran ese tipo de problemas.
El rubio le daba vueltas al asunto una y otra vez pero por más que lo intentaba no encontraba solución alguna.
De pronto le llegó un mensaje de texto, confirmándo que el cierre de la gira sería en Nueva York, que llegarían ahí un día antes del concierto para ensayar y así poder tener una noche libre en lo que llamaban la Gran Manzana.
Apenas terminó de leer el mensaje, corrió a la habitación donde estaba Ross, tan rápido como sus pies se lo permitieron.

—¡Ross! ¡Hey! ¡Despierta!—gritó desesperado pero con ánimo en su voz—¡Vamos! ¡Arriba!

Sin embargo éste parecía tener el sueño pesado.
Como única opción, tomó la almohada más cercana y golpeó a Ross en la cara.

—¡¿Qué demonios?!—dijo alterado mientras terminaba de despertarse.

—¡Ross! ¡Hermano! La gira termina en NY. ¡La gira termina en NY!

—Oh, gracias por avisar, ahora, si no te molesta, volveré a mi sueño que por cierto, ¡es más importante que esto!

—¡Espera! No entiendes, llegaremos un día antes y después del ensayo nos dejarán una noche libre. Sé que no es la gran cosa... Pero... Saldrás de la rutina al menos una noche... Y tal vez, te sientas mejor.

Inmediatamente su hermano entendió lo que Riker había estado intentando, el hecho de tener una noche libre no era mucho de alivio pero al ver que el chico realmente se preocupaba por él decidió no decir nada y fingir que de verdad se sentía mejor.
Después de todo, tal vez no estaría tan mal.

Mientras terminaban de arreglar sus maletas para salir al avión y partir, Rydel no paraba de decirles a todos sus hermanos lo genial que sería la noche que les esperaba.

—Ok entendimos.—dijo Rocky después de tanto parloteo.

—Estoy de acuerdo con Rydel, ¡la pasaremos genial! ¿Cierto, Ross?

—¡Vaya que sí!—respondió con una gran sonrisa fingida para no arruinar la que tenía Riker en el rostro.

Después de un rato tomaron sus cosas y se fueron para luego tomar el avión que los llevaría a la ciudad que tanto habían añorado.
Como siempre, los castaños y el integrante mayor pelearon por el lugar en la ventana y como siempre, Rocky ganaba y los otros dos debían irse a buscar otro lugar igual al que querían.
Aunque Ross tenía la misma mentalidad de los últimos días, se había planteado dejarlo pasar, dedicándose únicamente a disfrutar con sus hermanos y Ellington, que a decir verdad, era como de la familia.
Después de unas cuantas horas que parecieron eternas, llegaron a su destino, que a pesar de no parecerlo, sería el lugar que cambiaría la vida de Ross para siempre, en más de una preciosa y retorcida manera.

Ensayaron como nunca, cantaron y tocaron hasta más no poder, y aún después de darlo todo en cada canción sentían que les faltaba más. Cinco minutos antes de las siete ya estaba oscuro, y R5 había salido a disfrutar de todo lo que Nueva York les tenía listo.
Mientras caminaban, fingían tocar sus instrumentos y cantaban "Loud" como en un vídeo musical, como en su propio vídeo musical, el que Ross terminó odiando después de un mes dando autógrafos al nombre de "el rubio en el vídeo del concierto en la azotea".

—¡Hey, chicos! ¡Miren!—dijo Ratliff mientras señalaba con la boca abierta un lugar con el cartel luminoso más grande que cualquiera de ellos hubiera visto. En el se leía: "New York Bar"

—¿Qué dicen?  Un poco de esto no nos hará daño.

Sin pensarlo dos veces entraron al bar y tomaron una mesa. Dentro no se veía la gran cosa, las lámparas multicolor, puestas por todo el lugar, apenas y alumbraban las caras de los otros durante cinco segundos.

—¿Qué les puedo ofrecer?—preguntó muy amablemente un joven de aspecto lúgubre.

Riker volteó a ver a los demás con una sonrisa pícara, la misma con la que ellos le respondieron.

—Sorprendanos.—contestó.

Al cabo de unos minutos les llevaron cinco bebidas rojas, humeantes y con hielos tan grandes que ninguno entendió cómo podrían haber entrado en el vaso.
Luego de tres de esas cosas Ross se aburrió, y por ello es que decidió salir a caminar. Antes de que lo notaran se encaminó hacia la puerta y salió aliviado.
Sus pies iban dando vuelta a la esquina cuando un grito lo detuvo en seco. La angustia lo embargó como si hubiera sido él mismo quien gritó.
Siguió el sonido, mientras éste se volvía cada vez más y más alarmante; de caminar pasó a correr y de pronto, estaba ahí, frente a él se encontraba un hombre alto, vestido de negro, apuntando con una pistola a una chica de cabello castaño y hermosos ojos cafés, que derramaban lágrimas sin piedad alguna. Al principio el rubio no supo cómo reaccionar pero luego, en un acto de valor empujó al hombre y lo golpeó tan fuerte como pudo. Fue raro, pero por alguna razón, en vez de defenderse, éste salió corriendo.

—¿Estás bien?—preguntó alarmado Ross.

—Sí, gr-gracias.—contestó ella, con un hilillo de voz—Espera, tú eres... ¡Eres Ross Lynch! 

—Amm sí. ¿Y tú quién eres?—preguntó mientras ayudaba a la chica a levantarse del piso justo donde la había dejado el asaltante.

—Soy Laura, Laura Marano.

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Holiboliii!! :v

Ok, bueno, debo admitir que amo este capitulo porque 1)es el mas largo que he escrito y 2)hay encuentro Raura

Como sea, díganme qué tal les está pareciendo, todas sus bellas opiniones y comentarios son bienvenidos
No saben lo lindo que se siente tener almenos un voto por parte de ustedes, créanme a mi y a la estrellita nos hacen felices
En fin, si les gustó ya saben que hacer, hasta el siguiente capitulo y gracias por leer! 

Coincidencias ♥ |Fanfic-Raura|Where stories live. Discover now