Cap. 36 Otro Paso

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Dos semanas antes

•Domingo

Tic-tac.
Eran las diez de la mañana. El corazón de Ross latía sin compasión. Tomó más fuerte la cintura de Laura, pegándola a su cuerpo, y enterró la cara en su cabello castaño. Aspiró el aroma de su shampoo de jasmín. Eso no ayudó a calmar su ritmo cardiaco, al contrario, lo aceleró. Apretó los ojos y a su vez los labios, intentando dormirse de nuevo.

Tic-tac.
El reloj no dejaba de avanzar, pero para Ross era como si el tiempo se hubiera detenido, a pesar de escuchar las manecillas moverse. Laura rodó y se escondió en el pecho del chico, sin dar señales de estar despierta todavía. Ross en su lugar continuaba divagando puesto que no lograba conciliar el sueño. Pensó en lo agradable que sería tener una maquina del tiempo o algo parecido para hacer que éste pasara más rápido, aunque segundos después rechazo la idea al sentir los labios de Laura en su pectoral izquierdo. La miró, pero ella seguía dormida: lo había hecho de forma inconsciente. Está bien. No quería adelantar el tiempo, sólo dejar de sentirse tan ansioso.

Tic-tac.
Concentrarse en la respiración tranquila de Laura tampoco había funcionado, terminó encontrando un patrón entre ese sonido y el de el reloj. Era el tipo de chico sin paciencia, lo que claramente no era una ventaja. ¿Acaso Laura había estado tan nerviosa su primera vez?, ¿o sólo le pasaba a él? Se sintió deprimido luego de pensarlo, porque de no haber sido tan tonto, esa pudo ser la primera vez de ambos. Carecía de sentido darle tantas vueltas, cambiar el pasado era imposible, aunque tenía el presente ahora, a su disposición.
No podía controlarlo todo, pero haría hasta lo último que pudiera por conservar aquella paz que Lau sentía, y debía admitir que debajo de esas ansias, él también.
En sus brazos, la chica se movió, Ross le acarició el cabello esperando que de alguna manera ella entendiera que el rubio podía aguantar, que si quería, podía dormir todo lo que quisiera, que al final, sí, estaba bien. Sin embargo Laura abrió los ojos, no mucho, porque la luz le lastimaba, pero no tan poco, porque quería ver a Ross, y a esa mirada de adoración que se cargaba y con la que le embellecía la vida.

-Hola...-susurró sonriendo.

-Hola.-contestó igual.

Laura abrió los ojos por completo. Miró a Lynch con el cabello despeinado, tan pero tan lindo.

-Hoy es el día.

-Lo es.

Ella estaba emocionada, y él también, los nervios no ganarían esta pelea.

-¿Listo?

-Nací listo.-bromeó.

Hasta hace unos días, no se había imaginado en esa situación.

La castaña se estiró y lo tomó de la nuca además, para darle un rápido beso al que Ross por supuesto no se negó. Le encantaba cómo, siempre, después de besarlo, se encontraba con esa sonrisa plasmada en él.

-Vamos.-urgió Lau.

•••

En la pared blanca parecía haber un misterio, uno que nadie más que Ross podía ver. Era la única razón que Laura encontraba para que éste la mirara tan fijamente. Llevaba diez minutos en ello, y contando.

-¿De verdad no estás asustado?-preguntó sabiendo perfectamente la respuesta.

-¿Mm?-tres segundos después la miró a ella-¿Qué?, ¿yo, asustado? Por favor...

Tragó saliva. Claro que lo hizo.

-Aja.

-Yo no le temo a nada.

Coincidencias ♥ |Fanfic-Raura|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora