Cap. 50 La Nieve En Colorado

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El segundo sábado de diciembre se sentía como el día perfecto para quedarse en cama. Había llegado aquella época en la que el frío entumece los dedos y el tiempo corre más despacio, con la que era fácil acostumbrarse a dormir bajo las cobijas sin importar la hora que marcase el reloj.

Aun con eso seguía siendo muy temprano cuando Laura abrió los ojos a medias y se giró para buscar a Ross, lo que era extraño de por sí, pues nueve de cada diez veces se despertaba sintiendo los brazos del chico alrededor de su cintura. Ese sábado, en cambio, no lo encontró acostado al otro lado. Su lugar estaba vacío, pero las voces provenientes de la sala le daban una idea de dónde podría hallarse.

Esperó un buen rato pensando que tal vez Ross regresaría pronto, pasaron diez minutos, pasaron quince, y en lugar de volver a dormir, Laura comenzó a desesperarse sin saber porqué él estaría tan ocupado a las siete y media de la mañana.
Con curiosidad se levantó de la cama y caminó descalza, molestandose sólo en cerrarse el suéter, pues la intriga que sentía era mayor al frío en ese momento. Conforme se acercaba, descubrió que Ross estaba con sus padres y no con Calum y Raini como llegó a pensar. Desconocía qué hacían Mark y Stormie allí esa mañana sin haber avisado con anticipación, pero de cualquier manera no importaba; Laura no estaba molesta, sólo confundida. Sus ideas le resonaban en la cabeza sin darle oportunidad de oír lo que estaba pasando. La plática entre esos tres seguía y seguía y nada parecía tener mucho sentido, fue entonces cuando se percató de que ni siquiera eran sus asuntos, así que se dio la media vuelta y se dispuso a volver a su cuarto cuando de pronto escuchó a Stormie mencionarla.

-Pensamos que sería bueno para ti y para Laura alejarse de todo por un tiempo.

-No lo sé...no quiero presionarla.-respondió Ross notablemente incómodo.

-Y nosotros tampoco.-exclamó Mark-Sólo queremos ayudarlos. Vienen fechas especiales y no pueden pasarlas aquí deprimiendose solos.

Ross tardó en contestar esta vez. Luego de un rato chasqueó la lengua y aunque Laura no podía verlo desde su lugar escondida detrás de la pared, juraba que estaba negando con la cabeza.

-Saldrá cuando esté lista.-dijo finalmente.

Era difícil ponerle fecha a eso para ser honestos. Desde su regreso del hospital no había vuelto a salir del apartamento, ni siquiera se lo había planteado todavía. Además, sólo había pasado un mes desde aquella noche, Laura no sabía cómo había hecho para no perder la cabeza pensándolo, ni cómo había sobrevivido a ese recuerdo sin sufrir al menos un ataque de pánico durante el cumplimiento del mes.

Aunque la verdad...eso no era del todo cierto. De hecho sabía la razón exacta por la que se mantenía cuerda, y era Ross. Era su familia, su madre, su padre, Vanessa, los Lynch, Ellington, Calum, Raini, Ethan... Toda esa gente que no se había atrevido a dejarla sola, que la había sostenido aun en su peor momento, cuando no era más que una carga.

Ya no quería serlo. Estaba cansada, estaba harta de tanto llorar, sus ojos estaban secos y sus labios ardían de tanto morderlos. Necesitaba avanzar, necesitaba olvidarse de todo y salir por fin de aquel departamento, cuando menos por un día. No podía quedarse en cama otras treinta tardes más.

Mark y Stormie tenían razón. O por el momento Laura pensaba que la tenían. Había escuchado muy poco como para saber cuál era el punto real de la conversación. Se golpeó mentalmente por haberse distraído con sus propias conclusiones en lugar de estar atenta a la que ahora parecía una discusión.

-Ya hablamos sobre esto.-se quejó Ross.

-Pero no lo has hablado con Laura.

-No, porque sé que en cuanto lo haga ella accederá pensando que es lo que yo quiero cuando no es así.

Coincidencias ♥ |Fanfic-Raura|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant