Cap. 21 Ojos Chocolate

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Un dolor de espalda despertó a Laura, quien descubrió se había quedado dormida en el sofá. Por la enorme ventana del apartamento entraba la luz del sol, y en el reloj que colgaba de la pared la chica miró la hora para confirmarse que había dormido de más. Era tiempo de levantarse. Desayunó sólo porque lo creyó necesario, tomó una ducha, y luego de cambiarse y dejar todo en orden salió lista para un nuevo día, haciendo lo que le gustaba.

Iba perdida en sus pensamientos cuando bajó del elevador, por lo que casi tropieza con el rubio que esperaba en el living.

—Ross...—sonrió al reconocerlo, ninguna de las dos cosas le fue difícil.

—Hola.—saludó esté sonriendo igual que ella.

—Hola, ¿qué haces aquí? Creí que firmarias autógrafos hoy.

Y sin planearlo, Ross logró uno de sus propósitos: sorprenderla.

—Será mañana; hoy tengo el día libre, para disfrutar de Nueva York y... de su gente.—torpemente disminuyó la distancia entre los dos. Le guiñó un ojo.

Ignorando su sonrojo, Laura respondió.

—Tengo que trabajar.—aunque no lo consideraba realmente un trabajo.

—Lo sé.—admitió—Quiero que aprovechemos nuestro tiempo juntos, pero no tienes que interrumpir tu rutina por mí.

A Laura no le costó entender.

—Vas a aburrirte.—insistió ella.

—Contigo nunca me aburro,—más confesiones, más sonrojos—además, estaré toda la tarde en un Starbucks, diablos, vas a cumplirme un sueño.

Ella rió, y entonces tomó la mano que Ross le ofrecía desde que la vio.

Una de las cosas más difíciles para Laura era no reír estando con Ross, y es que era casi imposible, él siempre la ponía de buen humor. Era por su forma de ver de la vida, sencillamente por su forma de ser: una linda persona por dentro, y vaya que era lindo también por fuera. A veces la chica no podía evitar perderse en esos ojos, o en los  labios que a cada momento se curveaban en una sonrisa. El chico estaba feliz, y ni el mismo Ross podía negarlo. Todo el camino fueron de la mano, y no lo sintieron raro en lo absoluto, era mas como algo que debían hacer, y sus manos se acoplaban tan bien, casi hechas para encajar al entrelazar sus dedos. Llegaron a Starbucks riendo por una de las tantas anécdotas que tenía Ross por contar, y las risas apenas cesaron  al saludar a Ethan que se había cruzado en su camino. Él trabajaba ahí, no hace falta decirlo, le encantaba su empleo y presumía en todos lados el delantal verde que portaba como uniforme.

—Hola Marie, y...tú. Andas aquí desde ayer, ¿quién es?—preguntó lanzadole una mirada a Lynch que este no supo descifrar, aunque de hecho, Ethan creyera que Lynch era ella.

—Él es Ross.—respondió Lau  sonriendo aún más al decir su nombre—Es un...amigo.

¿Friendzone?
Auch.

Él apretó, voluntaria o involutariamente, la mano de Lau.

—El cuarto de atrás ya esta listo, por si quieres ocuparlo.—le dijo Ethan a la chica sin dejar de mirar al rubío.

—Sí, Marie, vamos a ocuparlo.—respondió Ross por Laura tomándola de los hombros y dirigiéndose con ella a su "camerino", puesto que ya conocía el camino.

Regaló una última sonrisa falsa a Ethan antes de perderlo de vista y encontrarse a solas con Lau.

—Ross, ¿qué haces?—preguntó ella recargándose en el tocador, quedando frente al chico.

Coincidencias ♥ |Fanfic-Raura|Where stories live. Discover now