Killing Stalking Omegaverse fanfic (Miedo)

Heridas

Hola a todos, lamento mucho el haberme tardado con el capítulo, la verdad es que me enfermé del estómago y el dolor no me dejaba estar sentada o incorporada como para escribir; también atrasé un poco la actualización, ya que la hermosa y muy amable usuaria: Aeggdrasil, me está ayudando a corregir y pulir todas los errores que tengo, también me está dando consejos muy útiles para poder hacer mi trabajo un poco mejor y con mucha más calidad para ustedes que no tengan que verse en la necesidad de leer cualquier fic del montón. Agradezco nuevamente a todos los que pasan a leer, comentar, votar y a agregar. Muchas gracias a todos. Disfruten el capítulo. <3 <3 <3 <3 

Cada día me esfuerzo para que mis palabras sean las adecuadas. Los aprecio mucho. 

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Capítlo XIV

Desde que era pequeño, Seung Bae había seguido ciegamente todas las ordenes y deseos que su padre le imponía, incluso aquellas que sonaban egoístas las había tenido que cumplir; el detective era una persona verdaderamente estricta y escrupulosa. El hombre profesaba rectitud y disciplina como los valores más importantes dentro de su pequeño imperio, y de ese modo, Seung Bae creció alejado del calor y amor maternal, pero siempre bajo la vigilia del ojo inflexible de su padre.

Mientras los años pasaban, la voluntad del pequeño alfa cada vez se veía más mermada para ser reemplazada por ideas mecánicas; sin un juicio propio, Seung Bae se vio forzado a anhelar en secreto el toque dulce de una mano amiga; el alfa se vio él mismo deseando cada noche a la misma estrella una persona que le permitiera llorar, amar y sentir sobre su hombro.

Un buen día, a la vida del infante, llegó una pequeña omega: Hee Jin era su nombre. La niña olía a tibios terrones de azúcar; su cabello parecía el mismo ónix y su piel estaba tan bronceada como el mismo sol. Seung Bae disfrutaba mucho el estar a su lado, ya que el olor de la pequeña lo hacía sentirse seguro y amado, creyó tener por fin una amistad. Lo que no sabía era que aquella niña cerraría la unión más significativa para la familia Yang, y de ese modo; el pequeño niño creció para poder salir huyendo del brazo dominante de su padre, o eso era lo que había creído, ya que al verse forzado por el eminente encuentro, el alfa pensó que Hee Jin no era más que un estorbo que había llegado a arruinar su vida.

Tras salir del edificio de economía, el alfa avanzó hacia el estacionamiento para poder montar sobre su motocicleta. Sostuvo su casco oscuro con ambas manos para poder contemplarlo con nostalgia ya que al verlo no pudo evitar pensar en Bum y en su exquisito y embriagador aroma. El moreno llevó su casco hacia su cabeza para poder cerrar los ojos y suspirar, quería sentirse aliviado pero el mismo recuerdo del dominio de su padre había comenzado a carcomer sus propios pensamientos.

El alfa avanzó en silencio, el sudor comenzó a resbalarse de su frente para poder recorrer sus mejillas. El hombre se sentía nervioso y su misma ansiedad provocó comezón en su piel y temblor en sus brazos; Seung Bae no podía pensar en otra cosa más que en las palabras estoicas de su padre y ni si quiera el recuerdo del omega le había permitido calmarse.

La ciudad era verdaderamente grande; los trenes estaban por completo abarrotados tanto de gente como de un calor insondable que inundaba los vagones mal ventilados. Los incesantes llantos de los niños, más los estornudos y la música a todo volumen que sonaba a través de los auriculares de los jóvenes, habían provocado en Hee Jin mucha ansia e incomodidad. La omega nunca antes se había visto visitando la ciudad, siempre se había mantenido dentro de la pequeña comunidad de la cual era oriunda, pero tras escuchar las solicitudes del señor Yang, la chica no había podido rehusarse, al contrario, ella se sentía muy afortunada por poder cumplir las expectativas de la familia a la cual siempre había servido.