Killing Stalking Omegaverse fanfic (Miedo)

Llamada

Capítulo XVIII

Un repentino y fortísimo viento había comenzado a mecer con agresividad los pequeños árboles que había dentro de la universidad. El cielo se volvió aun más gris de lo que había sido en la mañana, quizás ambos se habían puesto de acuerdo para poder cambiar el humor de algunos de los estudiantes que de antemano sabían de la posible suspensión de algunas de sus materias.

Dentro del edifico de comercio, la algarabía que había nacido por culpa de la pelea que habían tenido los dos alfas, se había calmado con la pronta llegada de las clases intermedias. Los jóvenes salieron disparados hacia sus salones mientras la ya inconfundible alarma sonaba para indicar que nadie debía de estar en los pasillos, a excepción de una alfa que se había quedado viendo su reflejo en un espejo que tenía pegado por la parte trasera de la puerta de su casillero.

Ji Eun contemplaba su rostro mientras aplicaba bálsamo sobre sus suaves labios. Por algún motivo, a la alfa no le apetecía entrar a clases, y no era de extrañarse, ya que la chica casi nunca asistía a menos que el pequeño omega estuviera presente para que de ese modo, con su olor, la pudiese relajar como para no prestar atención a sus maestros. No era como si le gustase el chico, no, pero debía de admitir que aquél aroma a flores no le era indiferente y mucho menos desagradable.

Ji Eun suspiró una vez que cerró con fuerza el envase de plástico redondo de su bálsamo. Contempló una vez más su rostro y pensó por un momento que ella era una completa idiota. Debía de haber dejado que aquellos alfas se mataran entre ellos; uno era su amigo, pero la verdad no estaba muy segura si el hombre sentía la misma amistad y apego que ella sentía por él. No le importaba realmente lo que pudiese ocurrirle a Yang, pero la loca idea de ver a Bum llorar o estar triste porque el moreno resultara herido, había hecho que la alfa se sintiese un poco arrepentida. Ji Eun se encontraba realmente en un predicamento muy grande.

Cerró la puerta de su casillero para poder girar su cabeza y contemplar la puerta de su salón. La lámina blanca que revestía el unicel, se encontraba marcada por varios rayones que tanto ella como sus demás compañeros habían hecho con alguna navaja. Ji Eun se acercó para poder poner la punta de sus dedos sobre una de las marcas que ella misma había hecho. Al momento de sentir la accidentada superficie, la alfa suspiró retirando de inmediato sus dedos. Torció la boca para demostrar que se encontraba realmente disgustada, giró su cuerpo para poder salir del pasillo y quizás dirigirse a la cafetería para poder comer algo. Sus dos pies se detuvieron al escuchar la puerta rechinar, su cabeza giró rápidamente al ver a su profesor salir.

—Señorita, Ji Eun. ¿Qué está haciendo? —El hombre preguntó al ver que la muchacha estaba lista para poder saltarse su clase.

—Voy con Sangwoo —confirmó sin mucho interés.

—Por favor, venga a mí clase. Usted sabe que no debe de andar vagando por allí sin hacer nada —El viejo reclamó algo enojado ante la desafiante y engreída postura que la chica había tomado.

Ji Eun volvió a torcer la boca y a subir los ojos, caminó un poco insegura ya que no quería entrar a esa clase, simplemente no soportaba al sujeto que la impartía. Aquél hombre era el mismo que le había aconsejado a Sangwoo el morder a Bum; desde un inicio, el alfa siempre se había portado un poco renuente con sus estudiantes: el hombre llegaba al salón, daba su clase y se salía cuando escuchaba la alarma de su celular sonar para indicarle que las clases se habían acabado, ni siquiera se esperaba para poder resolver algunas de las dudas de sus estudiantes. Todo cambió tras llegar el omega, porque incluso, había veces que el mismo alfa se mostraba demasiado amable y rebasaba de lo simpático para con Bum. Sí lo molestaba, siempre haciendo hincapié de su condición como omega y también le recordaba al chico que no llegaría muy lejos al terminar la universidad, si es que llegaba a terminarla. Pero la mayoría de las veces se comportaba al igual que una colegiala en celo, el hombre siempre tenía que ir detrás de los huesos de Bum.