Soledad

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Capítulo XXVII

Las siguientes semanas habían sido casi igual a una nube: vaporosas, condensadas, hasta incluso un poco difusas. La estadía dentro de la casa de Ji Eun se había vuelto un sueño, pero uno que tenía incluida una pesadilla dentro de su vientre que le recordaba a cada minuto su verdadera condición.

Bum había sentido que la última semana había sido la más larga en su vida. Por algún motivo, los días se habían transformado en un infinito palpable y las horas en un abismo sin fin. Sus pensamientos no podían enfocarse más que en el paradero de su tío, quizás el hombre debe de haberlo buscado en más de una ocasión ya; en la mordida en su cuello que cada día comenzaba a desvanecerse y difuminarse con el color de su piel; y sobre todo en la pequeña criatura que creía crecer dentro de él.

Había decidido seguir todas las ordenes que la alfa le impusiera, parecía incluso que la mujer trataba de tener su mente ocupada a propósito. Bum había ayudado con las tareas domésticas de la casa, incluso había preparado la comida sin rechistar. Pero aun manteniéndose ocupado, aquella necesidad de estar a un lado de un alfa no se calmaba y no sabía realmente a qué se debía, quizás su celo estaba muy cerca de presentarse, ya que no había podido tomar algún supresor y en lo único que pensaba era el estar bajo el abrigo de unos brazos fuertes y protectores.

Bum no se había preocupado por las inasistencias que estaba teniendo en la universidad y eso es porque Ji Eun le había dicho que ella ya lo había arreglado y una vez que les entregaran los resultados de la prueba, ella misma comenzaría dejarlo a ir. Pasaba lo mismo con su trabajo, él sabía que su buen amigo Seung Bae se había encargado de suplir algunas horas de su trabajo.

«Seung Bae es un buen amigo y una buena persona», pensó para sí mismo el omega.

Sus pequeñas manos habían agarrado la mala costumbre de comenzar a sobarse su vientre y eso es porque de adentro nacía una gran molestia. Con anterioridad ya había pasado por lo mismo, no recordaba muy bien puesto que sus celos se habían retrasado mucho y la verdad es que estaba agradecido por ello, ya que cada vez que se le venía uno el único que se aprovechaba de ello era su tío.

Ji Eun había llevado al omega a un pequeño laboratorio que no quedaba muy lejos de su casa y eso lo había hecho para que todas las dudas que tenían se disiparan de una vez por todas.

Las manos del pequeño omega se encontraban en una pequeña lucha invadida por el caliente sudor que las surcaba. Sus labios inferiores habían cogido un leve color rojizo debido a que los últimos minutos solamente se la había pasando encajando sus dientes con fuerza. Sentía ambas piernas temblar por debajo de la mezclilla que las cubría.

Ji Eun se encontraba sentada a un lado de él, sus ojos oscuros no dejaban de contemplar la expresión de terror del chico y eso es porque habían pasado exactamente doce días desde que Bum había mantenido relaciones sexuales con su tío.

Ambos esperaban por los resultados y esperaban que estos fuesen negativos y atribuirle todos sus malestares al estrés o a la mordida que aun estaba presente.

El sobre que ambos habían recibido parecía sellado con el pegamento más fuerte de todos. Ji Eun tuvo que utilizar sus dientes para poder abrir el sobre.

—¡Negativo! —gritó la alfa al ver el resultado.

Sus brazos rodearon el pequeño cuerpo del omega. Sus mejillas se sonrojaron debido a la fuerza que había usado para el impedir llorar.

Bum tomó entre sus manos la hoja en donde contempló con infinito alivio el resultado. No podía creer que sus miedos comenzarían a disiparse pero, ¿qué era aquella molestia que sentía dentro de él entonces?

Según aquellos resultados habían revelado que su celo estaba muy próximo. No podía ir a comprar los supresores porque no tenía dinero y las propinas que normalmente recibía en su trabajo las había dejado en su apartamento, de seguro y su tío ya las había utilizado.

Bum no quería pasar su celo dentro de la casa de Ji Eun, sabía a la perfección que ella era una alfa fértil y sin compañero y si él, por algún motivo pasaba su celo dentro de su casa, de seguro que la chica no dudaría en tomar su cuerpo y morderle.

Bum había decidido escapar para poder regresar a su apartamento, tal vez tendría que enfrentar a su tío y sobrellevar una relación con él, pero era mucho mejor que el tener que quedarse en la casa de Ji Eun y fingir el ser un omega, una persona normal.

Esa noche, Bum había esperado a que todos en la casa de la alfa se durmieran. Él dormía en el cuarto de la alfa, mientras que ella decidía irse a la sala a dormir sobre el sillón más largo que tenían.

Y sin hacer tanto ruido y con la luz de las estrellas de testigo, el omega cruzó la puerta para poder salir de la vida de la chica de una vez por todas.

A la mañana siguiente, la alfa se levantó de costumbre. Lo primero que hizo fue ir hacia la cocina para poder abrir el refrigerador y tomar una de las botellas con agua.

Sus pesados pasos se dirigieron hacia la sala para volver a sentarse y estirar ambos brazos. Sus bostezos no habían ayudado mucho a que el sueño que tenía todavía en ella comenzara a disiparse.

Destapó la botella para comenzar a sorber, lo fresco del líquido pasar a través de su garganta le había hecho sentir con energías nuevamente.

Cerró la botella para poder colocarla sobre el sillón y dirigirse hacia el primer piso para poder despertar a Bum, pero antes se había acostumbrado a permanecer bajo el umbral, aspirando su delicioso aroma que comenzaba a regresar a su cuerpo.

La chica subió las escalera mientras tarareaba la melodía de alguna canción de moda. Se aproximó a su recámara para poder abrir la puerta y aspirar profundo.

Allí estaba, ese mismo aroma floral que la volvía loca, pero había un pequeño problema.

Sus ojos se abrieron grandes al comprobar que Bum no se encontraba dentro de la cama. La chica corrió directo hacia el baño para poder revisar, nada. Fue hacia su cuarto nuevamente para poder revisar todo: dentro del closet, debajo de la cama, debajo de su escritorio. El omega había desaparecido.

Bajó deprisa las escaleras para comenzar a revisar todos los cuartos: la cocina, la sala, el comedor. Simplemente Bum se había ido.

Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de la alfa, un hueco se adueñó de su corazón de su estómago. Sus manos comenzaron a temblar ante la idea de que Bum había salido para ir directo hacia los brazos de otro alfa. ¿Qué acaso ella no lo había cuidado bien? ¿No lo había hecho sentirse a gusto?

Lo único que había pedido Ji Eun desde que había descubierto que era una alfa, había sido el encontrar a una pareja, a un omega que la hiciera sentir poderosa y a la vez recordarle lo frágil que era ella misma.

Pensó haberlo encontrado en Bum, pero al parecer el chico no sentía lo mismo.

La soledad comenzó a abrumarla y la llevó a sentirse en un pequeño torbellino, en donde las promesas que ella misma se había hecho de amor acaban siendo destrozadas por los fuertes golpes de la realidad. 

Killing Stalking Omegaverse fanfic (Miedo)Where stories live. Discover now