Adiós, Sangwoo

824 90 28
                                    

¡Qué tristeza me da! Por fin el último capítulo. Pero bueno, todo tiene que acabar tarde o temprano. Espero en verdad que la historia les haya gustado mucho, (más que a mí), y que la hayan disfrutado especialmente. Me disculpo por los atrasos, je. Fue muy divertido hacer un fanfic, aprendí mucho. 

Bueno, este capítulo se lo dedico a todas aquellas personas que siempre pasaron a  leer y comentar. Estoy infinitamente agradecida con ellos y especialmente con ustedes. Los quiero mucho <3 

___________________________________________________________

Capítulo XLIII

«¡No, por favor! ¡Ya basta!»

«¡Quédate quieto, maldita sea!»

«¡No, por favor! ¡Detente! ¡Me lastimas!»

«¡Cierra la maldita boca, fenómeno!»

—¡No! —Bum gritó en medio de la vacuidad dentro de una habitación totalmente desconocida. Su delgado cuerpo se incorporó con rapidez del mullido e incomodo colchón recubierto con sábanas blancas; y junto con su agitada respiración, presenció en la soledad, que aquellas pesadillas jamás lo dejarían de atormentarlo.

Una traviesa gota de sudor frío, surcó sus mejillas delgadas para poder caer por su barbilla hacia sus brazos desnudos que descansaban sobre sus piernas.

Bum bajó la mirada tras ver que su cuerpo estaba cubierto por una fina capa de sudor y por una incómoda y delgada bata de hospital. El chico deslizó su brazo derecho y parte de su muñeca por sobre su frente, retiró con ahínco la humedad salada que se acumulaba con posesividad de su rostro. Sentía que sus cabellos negros se pegaban a su piel encendida.

Su brazo izquierdo le dolía demasiado, sentía que en cualquier momento este se le desprendería y se le caería. Una venda blanca adornaba su muñeca al igual que un brazalete de oro blanco. 

Bum calmó su respiración mientras llevaba su mano izquierda justo hacia su pecho, justo hacia su corazón agitado, ya que aun podía sentirlo debajo de su palma blanca.     

No recordaba absolutamente nada, excepto el filo del cuchillo contra su piel y contra su sangre. Y fue en ese momento que alzó su cabeza para poder buscar con su mirada al hombre que de seguro lo había llevado allí.

—Sangwoo... —exclamó suavemente.

Sus ojos desfilaron de aquí para allá, por toda la habitación pero no pudo encontrar a nadie y tampoco estaba presente aquél perfume lleno de masculinidad que caracterizaba tanto a su alfa. 

El omega volvió a sentirse solo, abatido, despreciado, insulso, sucio. Tantos sentimientos y dudas se había quedado dentro de su cabeza y dentro de su corazón que por un momento pensó que ambos estallarían en una fiesta sin freno alguno, salpicando así los vidrios de su sangre y de sus vieras y arterias. 

Pese a que había dormido prácticamente toda la noche anterior y parte de ese día también, Bum se sentía más cansado de lo normal. Entre sus cavilaciones, había tenido un sueño, en donde su alfa lo llevaba a vivir a su lado y ambos tenían una familia juntos en donde sus hijos jugaban juntos por los pasillos y por el piso de la cocina y nuca más aquellas baldosas frías volverían a arder en su piel desnuda como lo habían hecho antes. 

La puerta principal del cuarto en donde estaba se abrió de súbito revelando así a una figura femenina bastante familiar.

—¡Bum! —gritó la mujer.

Con sus brazos delgados pero mucho más gruesos que los del mismo omega, rodearon su cuerpo con ahínco, al igual que un niño el cuál no ha visto mucho tiempo a su mascota. 

Killing Stalking Omegaverse fanfic (Miedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora