Killing Stalking Omegaverse fanfic (Miedo)

Plan

Hola de nuevo a todas las personas que pasan a leer. Agradezco mucho todos sus comentarios. 

Por cierto, los capítulos los dejo como borradores y me preguntaba sí es que se podían leer o no, si es así me disculpo de antemano por aquellas chicas que leen adelantado xD 

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Capítulo XXXIV

No fue una buena noche para Bum. El dolor ambiguo por la muerte de su tío permanecía encendido en un rincón dentro de su pecho, pero la rabia y la decepción por la conducta de Seung Bae le quemaban al igual que una llamarada nacida en el infierno. Él siempre había apostado por su amigo, pero se estaba acostumbrando a la derrota. 

¿Por qué le estaban pasando tantas cosas? Quizás debió de hacer algo muy malo en el pasado para que el tiempo le estuviese cobrando todo de la manera más vil. ¿Acaso todo era culpa suya?

Se revolvió sobre aquella cama ajena y alejó las sábanas de su cuerpo. Había podido percibir el olor a Sangwoo por toda la tela suave y delgada. 

Sus ojos oscuros comenzaron a cerrarse tras pensar en la difusa imagen del alfa. Bum imaginó de pronto que aquellos brazos fuertes comenzaban a rodearle su cintura, y esos labios carnosos recorrían un camino lleno de besos por todo su cuello. 

Había sentido dolor en aquella mordida que presumía su cuello, pero no se sentía tan seguro de ello. El cuerpo del omega aceptaba y reconocía que ahora tenía un nuevo alfa, pero su cabeza le decía que quizás se tratase de otra experiencia pasajera. ¿Qué debía de hacer ahora? Sin Sangwoo dentro de la casa, ¿cómo podría manejarse ahora? ¿Tendría que esperar hasta que el alfa llegase para que le diera ordenes? 

Con innumerables dudas dentro de su cabeza, Bum decidió perderse entre el reconfortante camino del sueño y el del letargo para poder descansar un poco, ya que su dolorido cuerpo así se lo estaba exigiendo. 

Nada se escuchó durante la noche.

A la mañana siguiente, la débil luz de halógeno de la lámpara que decoraba toda la habitación, cosquilleó sobre los párpados de Bum, El omega abrió los ojos con lentitud tras sentir la claridad pegar sobre su rostro, se arrebujó dentro de las sábanas blancas. El sueño se fue disipando lentamente junto con el aire tibio que se mezclaba dentro de la habitación.

El omega pudo sentir su ropa completamente húmeda, incluso el cojín en dónde su cabeza había descansado por la noche, estaba completamente cubierto con su sudor. Sentía que el aire tibio se impregnaba en su piel al igual que el leve rubor rojizo que decoraba su cuerpo como un tatuaje. 

Sentado sobre la colchoneta, Bum tomó el cuello redondo de su playera para poder a comenzar a darse un poco de aire con él. Sus ojos grisáceos recorrieron la habitación de pies a cabeza. Había pequeñas y viejas manchas de humedad que delataban que el alfa no se había preocupado por darle mantenimiento a su hogar, era como sí quisiese dejarlo detenido en el tiempo. 

Bum sonrió satisfecho, mientras procuraba ponerse de pie morosamente. Sus manos recorrieron con galante admiración aquellas paredes a las cuales se sujetaba con fervor. Sus pies andaban con torpeza sobre las duelas de madera. La claridad llegó a sus ojos tras llegar al pasillo. Como si fuese un eco de su propio corazón, Bum escuchó con atención el sonido del segundero del gran reloj de madera que se encontraba frente al recibidor de la casa. Tic y tac, Bum respiró al ritmo del tiempo. 

La gran cocina se abría expectante frente a sus ojos, al lado, una puerta revelaba la lavandería. En efecto, no se encontraba en su viejo apartamento de alquiler, y ahora que tenía un alfa, era muy posible que viviera en aquella casa que estaba conociendo poco a poco.