Capítulo 24

2.9K 348 55
                                    

Un par de horas más tarde ya estábamos de vuelta en Majagar, y como en nuestra casa no teníamos camas suficientes para Glint y Regin, estos decidieron ir a un hotel por el momento para estar más cómodos.

Al llegar a casa nos fuimos cada uno a su respectiva habitación sin hablar demasiado, ya que había sido un día bastante extraño.

Durante varias horas intenté dormir, pero un extraño dolor en el pecho que sentía desde que había resucitado no me permitía descansar. Preocupado por lo que pudiese ser, decidí usar el colgante que me había dado Ed para hablar con él y pedirle un diagnóstico.

Nada más tocar el collar, este comenzó a brillar con gran intensidad y de pronto todo lo que había a mi alrededor comenzó a cambiar: de un momento a otro había pasado de estar en mi habitación a estar en una playa paradisíaca donde había un par de tumbonas y un bosque no muy lejos.

- Buenas -me dijo Ed, que estaba en una de las tumbonas.

Al mirar hacia él me lo encontré en bañador tomando el sol junto a Haruna, mientras que Aoi estaba protegida en la sombra del bosque leyendo un libro. Por la arena corrían Nix, otra niña que me resultaba desconocida y un hombre de unos veinticinco años con el pelo y los ojos completamente negros.

- Aquí tienes -me dijo tirándome una extraña caja transparente.

La alcancé al vuelo y vi que contenía unas bolas multicolores en su interior, por lo que me quedé bastante sorprendido.

- ¿Qué es esto? -le pregunté.

- Es tu nueva medicación. Tómate una de esas todos los días antes de dormir y te ayudarán a que el parásito no te mate tan rápido -me explicó Ed.

- ¿Cómo sabías que venía por el parásito? -le pregunté confuso.

- Ya me han informado sobre tu muerte y tu encuentro con Irathel y con... -continuó diciendo un nombre que para mí resultaba impronunciable-. Por lo que sabía que de un momento a otro vendrías en busca de ayuda, aunque no me imaginaba que sería tan pronto. Parece que el parásito es bastante más poderoso de lo que pensaba...

En ese momento, me asaltó la preocupación por primera vez respecto a mi esperanza de vida:

- ¿Entonces me voy a morir mucho antes? -le pregunté.

- Haruna, ¿te ocupas tú? -le dijo Ed a su hermana.

Ella se levantó de la tumbona y asintió, acercándose a mí.

- Claro-respondió posando una mano sobre mi hombro-. De ochenta y tres a setenta y nueve... no está mal.

- ¿Qué significan esos números? -inquirí.

- Es tú esperanza máxima de vida -me explicó Ed-. Ya has perdido cuatro años del total, así que te recomendaría ir con cuidado a partir de ahora.

- Muchas gracias por vuestra ayuda -les dije finalmente.

- No es nada -habló Ed restándole importancia-. Ven siempre que quieras, Gun viene muy a menudo a hablar con Aoi.

- ¿De veras? -pregunté sorprendido-. ¿Para qué?

Él se encogió de hombros:

- Para pedirle consejo sobre algo, pero Aoi no me ha querido facilitar los detalles porque dice que es secreto.

- Ya veo -respondí-. Bueno, creo que ya es hora de que me marche.

- Cuídate e intenta no morir -se despidió Ed.

Entonces volví a coger el colgante, que se había caído al suelo tras utilizarlo, y volví a aparecer en mi habitación. Como estaba bastante cansado decidí dormirme lo antes posible, pero antes de hacerlo le eché un vistazo a mis estadísticas para saber cómo iban...

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now