Capítulo 54

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[Aiden's POV]
[Actualidad]

    Al día siguiente me levanté antes de que saliese el sol, pues la caravana con la que estaba viajando comenzaría a moverse pronto y si no quería que me dejasen atrás era necesario madrugar bastante.
Para desayunar eché mano de mis provisiones, ya que a pesar de estar viajando con otra gente eso no significaba que compartieran sus provisiones conmigo, y poco después de comer nos pusimos en marcha.

    En cuestión de un par de horas llegamos a un punto donde pudimos contemplar nuestro destino en todo su esplendor: el mismísimo Palacio. Me sorprendí mucho al observar la estructura de aquella mazmorra: se trataba de una especie de edificación consistente en un bloque sólido en los primeros pisos, y cientos de ramificaciones hacia el cielo a partir de ahí, como si un gran número de torres estuviesen saliendo de la estructura inferior. Además, estaba cubierta de líneas de todos los colores, lo que hacían al Palacio un lugar muy llamativo visualmente hablando.
    Según nos acercábamos más y más pude oír la conversación de dos personas que viajaban en mi grupo:

    — …Entonces nosotros nos adentraremos en la planta baja. Una vez allí montaremos nuestros puestos provisionales y lo único que nos queda es esperar a que llegue el dinero —dijo uno de ellos.

    —¿Pero eso no sería entrar en la mazmorra? Tengo entendido que es bastante peligrosa y que la mayoría de personas que entran acaban malheridas o incluso muertas —le respondió el otro.

Era obvio que estaban hablando del Palacio, pero no entendía muy bien a qué se referían: ¿acaso entrar al Palacio no era lo mismo que adentrarse en la mazmorra?

    — No te preocupes, la planta baja es completamente segura: la mazmorra de verdad no comienza hasta que el edificio empieza a ramificarse —lo tranquilizó el primero, señalando las torres que me habían llamado la atención—, por lo que los primeros pisos son el área perfecta para que los comerciantes nos quedemos ofreciendo nuestros productos y servicios.

La conversación continuó durante unos minutos más, pero sólo hablaron de cómo debían organizar el negocio una vez hubieran llegado al Palacio y sobre qué turnos haría cada uno, por lo que dejé de prestar atención.  Gracias a aquella breve charla había obtenido una pequeña explicación de la fisonomía interior del palacio, por lo que no me equivocaría tan fácilmente una vez dentro.

    Antes del mediodía ya habíamos logrado llegar a los pies del Palacio, por lo que la caravana se disolvió y cada uno nos fuimos por nuestro lado. Yo decidí entrar directamente dentro del edificio y así de paso aprovechar para ver si había algo interesante a la venta en los primeros pisos. No tenía demasiado dinero encima, pero era posible que lo consiguiera dentro de la mazmorra, por lo que no era mala idea mirar la mercancía.

    Accedí al interior de la edificación a través de una enorme puerta que había en uno de los laterales, y al hacerlo me encontré con lo que parecía un mercado tan grande como el de Majagar. Lo que más me sorprendió fue que, a pesar de que el Palacio sólo había aparecido un día antes de mi llegada, los comerciantes ya habían logrado desplegar un mercado de enormes dimensiones.
Poco después de entrar y caminar un poco por el mercado pude identificar a varios [Héroes] de Irathel, por lo que decidí ocultar mi identidad poniéndome la capucha de mi chaqueta mágica, la cual había traído porque estaba encantada para protegerme de todo tipo de temperaturas.
   
Avancé con cuidado por aquel mercado tratando de que nadie me reconociese, y en menos de una hora fui capaz de localizar al menos cuarenta [Héroes], entre los cuales había dos miembros del antiguo grupo de Astaroth: Liril y Grimbur.
A pesar de que se suponía que el grupo de Astaroth se había separado, me pide fijar en que esos dos habían estado hablando durante un buen rato y de una manera completamente natural, lo cual me hacía dudar de que hubieran cortado su amistad. Tras pasar unos segundos pensando en ello, recordé que la última vez que me había encontrado con ellos dos había descubierto que estaban saliendo juntos, por lo que esa era posiblemente la razón principal de que siguiesen en contacto sin que su relación se hubiese deteriorado lo más mínimo.
Al darme cuenta de esto no pude evitar lamentar el no haber conseguido provocar su separación, ya que los dos eran grandes luchadores y si unían fuerzas para enfrentarse a mí me resultaría imposible vencerlos incluso teniendo en cuenta el parásito… Pero al mismo tiempo, me alegraba encontrármelos en un lugar como ese, ya que no debería resultarme demasiado complicado lograr encontrarme con uno de ellos a solas y así eleminarlo antes de que el otro pudiera reaccionar para apoyarle.

    Continué observando el lugar durante un rato más, ya que los pisos superiores permanecerían cerrados hasta que no fuese la hora a la que se suponía que se abriría la mazmorra. De esa manera, deambulé entre los puestos para pasar el rato hasta que finalmente me encontré con algo que me llamó la atención: Se trataba de un pequeño puesto con una gran cantidad de bolitas de colores, las cuales no sabía para qué podían servir, por lo que decidí preguntarle al hombre que las vendía.

    — Estas píldoras son la especialidad de mi pueblo —me explicó—. Cada una de ellas tiene el efecto de una poción distinta pero en un formato mucho más compacto, por lo que resultan especialmente fáciles de transportar y sobre todo rápidas de usar, ya que no necesitas pararte a beber un frasco entero de poción, sino simplemente tragarte esta píldora para comenzar a sentir sus efectos pocos segundos después.

    Tras oír aquello me interesé bastante por el producto, por lo que comencé a examinar qué tipo de píldoras tenía, y después de varios minutos decidí utilizar el poco dinero que tenía encima para comprarme tres píldoras que servían para regenerar [Mp], ya que si las batallas se alargaban dentro de la mazmorra —y sobre todo si utilizaba demasiada magia— acabarían haciéndome falta.

   

Poco después de comprar las píldoras ocurrió algo. De repente, todo el edificio comenzó a temblar, y del techo comenzaron a descender múltiples escaleras de caracol. En cuestión de segundos, la mayoría de las personas que se encontraban en aquella sala comenzaron a dirigirse hacia las escaleras y a subir por ellas.
Al momento supuse que se trataba del camino para entrar en la zona principal de la mazmorra, por lo que decidí hacer lo mismo que los demás y comencé a subir por las escaleras hasta que llegué casi arriba del todo, pero allí vi algo extraño: nada más terminar las escaleras había un pasillo sin salida donde cada vez que alguien ponía un pie en él desaparecía sin dejar rastro.
Sin saber qué era lo que estaba pasando decidí retroceder, pero mi huida se vio frustrada porque había mucha más gente detrás de mí tratando de subir y diversas personas comenzaron a empujarme, provocando que tropezase y cayese en el pasillo para desaparecer al instante.

    Inmediatamente después de desaparecer, me encontré en un espacio completamente negro y rojo, bastante similar al lugar en el que me había encontrado con Belfegor la última vez que había muerto, por lo que creí que había perdido la vida de nuevo, aunque rápidamente deseché aquella idea porque pude observar que había más gente dispersada a lo largo del vacío.
Traté de acercarme a alguna de aquellas personas, pero al hacerlo me encontré con una especie de pared invisible que no me permitía avanzar. Debido a esto decidí quedarme quieto en el sitio, esperando a ver si ocurría algo. Finalmente, varios minutos después, comencé a escuchar una voz de hombre en mi cabeza:

    — Buenos días, jóvenes aventureros —dijo la voz en mi cabeza—. Si estáis aquí es porque habéis decidido enfrentaros al desafío conocido como el Palacio, ya sea buscando fama, fortuna; o simplemente poner a prueba vuestras habilidades. Para ello, pondremos a prueba vuestro ingenio, habilidades y fuerza a través de una serie de pruebas y desafíos. Posiblemente muchos de vosotros perezcáis o salgáis terriblemente heridos de este lugar, pero que eso no os desanime; y recordad: lo más importante es dar un buen espectáculo. Y con esto, ya solo me queda decir que comenzaremos enseguida con la primera prueba y que os deseo la mayor de las suertes.

    En cuanto la voz dejó de hablar, todo a mi alrededor comenzó a cambiar: en pocos segundos el escenario que me rodeaba mudó por completo hasta transformarse en lo que parecía ser el interior de una habitación con las paredes y el suelo hechos de ladrillos de piedra. Solo había una puerta de madera en una de las paredes, la cual parecía estar bastante gastada, por lo que decidí atravesarla.
Nada más cruzar el umbral me encontré en una especie de pasillo que estaba lleno de lo que parecían ser esqueletos vestidos de soldados, los cuales en cuanto puse un pie en el pasillo se levantaron sujetando sus armas y comenzaron a avanzar lentamente hacia mí.

Con eso supe que el desafío acababa de comenzar.

Héroes enemigos supervivientes:229

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now