Capítulo 40

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Haciéndole caso a la mujer, entré por la puerta y la seguí hasta que me indicó que me sentase en una silla. Acto seguido se marchó pero, tras unos minutos, la mujer volvió a aparecer con un par de tazas de té y me ofreció una.

— Lo que quería preguntarle antes es si habría algún sitio en el pueblo donde pudiera quedarme —le dije—. Estoy de viaje junto a un amigo y me ha dicho que en este pueblo hay una casa que pertenecía a mi familia y que posiblemente pudiera utilizarla si me presentaba aquí.

— Ya veo —respondió ella—. En estos casos tendríamos que esperar a mi marido, que es el alcalde del pueblo, para que decidiese si puedes quedarte o no... Pero creo que por esta vez podemos hacer una excepción.

Entonces se levantó y comenzó a rebuscar en varios cajones de una cómoda de madera hasta encontrar unas llaves.

— Aquí tienes —dijo entregándomelas—. La casa está hacia el norte, justo en la entrada del bosque.

— Otra cosa más: ¿Qué tipo de relación tiene usted con mi padre? —le pregunté con curiosidad.

La mujer sonrió y se distrajo unos segundos, como si estuviera rememorando algunos eventos pasados, y finalmente respondió:

— Pues verás, cuando tu padre aún era un niño pequeño, tus abuelos me contrataron para que cuidase de él. Por eso mismo supe que tenías que ser de su familia: eres igualito a tu padre cuando era joven... Las únicas diferencias son el color de los ojos y el pelo.

Como no sabía muy bien qué decir después de aquello, simplemente le di gracias por su ayuda y por la información. Antes de irme, la mujer insistió en que me llevase algo de comida para cenar, así que cogí unas cuantas cosas que me entregó y luego me marché en busca de la casa que pertenecía a mi familia.
Cuando salí de allí ya había anochecido por completo, por lo que intenté darme la máxima prisa posible para llegar a la casa. No fue muy difícil hallarla: justo en la entrada del bosque me encontré con un enorme edificio de dos plantas en el que podrían vivir sin problemas más de veinte personas. Al principio me sorprendieron un poco las dimensiones de la casa, pero decidí no perder el tiempo pensando en ello y entré.

Tras explorar un poco el primer piso encontré una habitación en la que poder dormir y una cocina donde me preparé la cena con los alimentos que me había dado la antigua cuidadora de mi padre.
Después continué explorando un poco la casa y encontré numerosos baños, dormitorios, un salón y una especie de despacho. Lo que más me sorprendió fue esto último: se trataba de una habitación con un escritorio, bastantes estanterías llenas de libros y un montón de ventanas que permitían observar el jardín trasero.

Con echarle una simple ojeada a las estanterías vi que había libros sobre infinidad de temas: había libros de historia, de cuentos, diarios de investigación e incluso libros de muchos tipos de magia. Estos últimos en particular estaban bastante más gastados: se notaba que habían sido leídos y releídos un montón de veces. Incluso había uno sobre [Magia de Naturaleza] que estaba lleno de apuntes del dueño del libro sobre lo que pensaba que quería decir el autor con ciertas frases o acerca de cómo funcionaban ciertos aspectos de aquel tipo de magia con exactitud.

Tras echarle un pequeño vistazo al libro decidí comenzar a leerlo, ya que gracias a todas aquellas anotaciones resultaba bastante sencillo entender cómo funcionaba aquel tipo de magia. Además, como tenía que esperar a que Chain llegase a casa, sería mejor que aprovechase el tiempo haciendo algo útil en vez de estar quieto sin hacer absolutamente nada.

A la mañana siguiente decidí comenzar con mis estudios sobre [Magia de Naturaleza], por lo que después de comerme las sobras de la cena del día anterior salí a dar una vuelta por el pueblo en busca de algo que pudiera utilizar como sujeto de experimentos.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now