Capítulo 26

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Para comenzar con mi plan necesitaba encontrar un barco que me llevase a mi destino sin llamar demasiado la atención y sin que no dejará ningún tipo de rastro, así que cuando por fin llegué a la costa comencé a buscar un barco que me llevase a la isla en la que vivía la familia de Hawil.

- ¿Con que quieres usar mi barco para ir a Isla Gurin? -me preguntó el dueño de un barco de mercancías-. Entonces tendrás que hablar con el alcalde, él es quien lo controla todo.

- ¿Y dónde está? -le pregunté.

- Ve al ayuntamiento, allí podrás encontrarlo.

Le hice caso a aquella persona y me fui a buscar al alcalde, al cual hallé después de un rato en un despacho del ayuntamiento. Era un hombre de unos treinta años, tenía el pelo algo largo y castaño y barba de un par de días.

Nada más entrar vi que estaba jugando felizmente con una niña y un niño que al tener el mismo tono de ojos y de pelo supuse que eran sus hijos. Al verme, detuvo el juego y se sentó en un escritorio.

- Vamos chicos, papá tiene que trabajar, marchaos ya a casa -dijo alegremente.

- ¡Sí! -respondieron los dos al unísono.

Entonces los dos niños se marcharon y nos dejaron solos en el cuarto. En cuanto la puerta se cerró tras ellos, la cara del alcalde se puso seria de repente.

- ¿Quién eres y qué es lo que quieres? -me preguntó fríamente.

- Me llamo Aiden Dwyer y vengo aquí para conseguir el permiso para ir en uno de tus barcos -le dije.

- Así que Aiden Dwyer... ¿Tienes algo que ver con Aeryn Dwyer?

- Bueno, no la conozco, pero por lo que he oído es mi tía -respondí.

- Ya veo -dijo-. Para asegurarme, ¿cómo se llama tu padre?

- Mi padre es Afony Dwyer.

Entonces el alcalde cogió un papel y un bolígrafo y comenzó a escribir, y tras un rato me lanzó el escrito.

- Con esto podrás subirte a cualquiera de mis barcos -explicó.

- ¿Tan fácil? -pregunté.

- Tu tía fue una buena amiga mía hace años cuando estudiábamos en Jideon -me respondió-. Es lo menos que puedo hacer por alguien de su familia.

- Muchísimas gracias -le dije mientras hacía una reverencia.

- No es nada. Si algún día necesitas algo, ya sea transporte, víveres, armas, esclavos... Cualquier cosa, sólo contactame y te echaré una mano aplicando el precio de amigo -me dijo con una sonrisa.

- Gracias por la oferta, la tendré en cuenta la próxima vez que me pase por aquí -respondí-. Entonces me marcho ya, nos vemos.

Entonces di media vuelta y comencé a caminar hacia la puerta, pero él me detuvo:

- Hoy no zarpa ningún barco más, ¿así que por qué no te quedas en mi casa esta noche?

- ¿De verdad? Te lo agradecería mucho.

- Claro, será divertido -respondió.

El alcalde me indicó que podía esperar en un cuarto de ese mismo pasillo hasta que él acabase de trabajar, o lo que fuese que estaba haciendo.

Después de aproximadamente una hora nos fuimos a su casa, y una vez llegamos allí me encontré con los niños que había antes en su despacho junto a una mujer de pelo y ojos negros.

- Buenas -dijo el alcalde al entrar en casa-. Hoy tenemos un invitado, así que tendremos que preparar comida para más personas.

- Venga chicos, id a jugar a fuera con Lima mientras preparamos la comida -dijo la mujer.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now