Capítulo 59

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Envueltos en una oscuridad absoluta, comenzaron a aparecer a nuestro alrededor una gran cantidad de figuras humanoides.

— Curiosa técnica… Se nota que has estado esforzándote bastante para enfrentarme —dijo mi hermano con una sonrisa—. Pero algo tan simple como esto no va a ser suficiente para vencerme.

Sin perder ni un segundo, mi hermano llevó su mano hasta su cinturón para agarrar una especie de frascos que tenía colocados en él y luego los lanzó en mi dirección.
Intuyendo que debía evitar esos proyectiles, utilicé a dos de las criaturas que había creado como escudo, haciendo que se colocaran en su trayectoria. Al impactar con ellas, los frascos se rompieron y estallaron en una gran llamarada.

Mientras tanto, el resto de mis esbirros estaban atacando al mismo tiempo a mi hermano, al cual parecía que le estaba costando enfrentarse a más de cinco rivales al mismo tiempo. No obstante, a pesar de ello, estaba logrando defenderse de una forma bastante eficaz utilizando una especie de daga de un color morado.
Viendo los problemas que estaba teniendo para defenderse decidí aprovechar la situación para tratar de atacarle al mismo tiempo que mis criaturas, pero en cuanto vio que comencé a acercarme mi hermano reaccionó cogiendo otro de los frascos de su cinturón. Me preparé para evitarlo, pero esta vez en vez de lanzarlo en mi dirección lo lanzó hacia la puerta, de tal forma que abrió un agujero por el que comenzó a entrar algo de luz.

— ¡No te permitiré escapar! —grité mientras hacía que el campo de oscuridad que envolvía la habitación comenzase a extenderse por el agujero que había abierto mi hermano.

En ese momento comencé a sentir como mi [Mp] comenzaba a vaciarse debido al constante uso de [Magia de las Sombras], por lo que rápidamente saqué de mi bolsillo una de las pociones que me había preparado Regin y me la bebí de un solo trago. En cuestión de segundos, sentí como mi cuerpo comenzaba a recuperar su energía.

Desgraciadamente, durante los escasos segundos que había perdido bebiendo la poción, mi hermano había aprovechado para escabullirse por la apertura que había provocado.
Sin perder el tiempo, decidí seguir su rastro y me lo encontré en medio del pasillo, vaciando múltiples frascos de poción en su boca. Traté de detenerlo lanzándole un cuchillo hecho de sombras, pero lo esquivó sin ningún tipo de problema.

Poco a poco, las venas de su cuello y de su cara comenzaron a marcarse mucho más. Su cuerpo comenzó a expulsar lo que parecía vapor, aún que a la distancia a la que nos encontrábamos resultaba complicado notarlo.
Antes de que pudiera hacer nada, se quitó los zapatos y la chaqueta, quedándose solo con un pantalón y una camiseta, de tal forma que podía ver fácilmente como los músculos de sus brazos se hinchaban y marcaban cada vez más.

— Ahora comienza la batalla de verdad —me dijo mientras lanzaba varios frascos hacia arriba.

Los frascos explotaron al chocar contra el techo, lo cual creó un gran agujero por el que se podía ver el exterior.

La base en la que nos encontrábamos estaba en medio de un bosque, aunque bajo tierra para que resultase menos visible a simple vista. La base no se encontraba especialmente profunda y estábamos en las primeras horas de la mañana, por lo que al encontrarnos prácticamente a la altura del suelo, no había ningún impedimento para que comenzase a entrar una gran cantidad de luz por el agujero del techo.

Debido a la aparición de tanta luz, mis soldados de sombras comenzaron a debilitarse en gran medida, provocando una gran pérdida de su fuerza y la necesidad de que les suministrase maná de forma periódica para evitar que se deshicieran. Además, por culpa del agujero el área que se encontraba disponible para extender mi campo de oscuridad se había reducido, y por lo tanto no podía hacer aparecer a mis soldados en cualquier lugar que yo quisiera.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now