Capítulo 51

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Al día siguiente fui a desayunar nada más despertarme. Una vez llegué a la cocina me encontré con Regin comiendo sentado a la mesa, y nada más verme me saludó efusivamente y me invitó a sentarme a su lado para charlar.

Yo acepté su invitación y comenzamos a hablar durante un rato de cosas triviales hasta que finalmente llegamos a un tema interesante:

    — Acabo de recordar algo importante —me dijo—. Ya han dado a conocer la localización y la fecha para la aparición del Palacio: será dentro de tres semanas en medio del desierto de Albias, al lado de un pequeño oasis.

    — Gracias por la información, creo que iré —respondí, recordando la recomendación de Belfegor—. Debería al menos a echarle un vistazo.

    Seguimos hablando hasta que terminé mi desayuno, momento en el que me excusé porque tenía que realizar algunos encargos que habíamos recibido hacía poco tiempo. Y dado que me dediqué a despachar estas tareas pronto en la mañana, poco después del mediodía me quedé sin nada que hacer.
Entonces decidí que quizás podría aprovechar este tiempo libre que solía tener todos los días tras terminar los encargos y ponerme a entrenar para cuando llegase el día en el que apareciese el Palacio. Según lo que me había contado Regin, necesitaría más o menos una semana para llegar al lugar donde aparecería, por lo que aún tenía dos semanas para entrenar al máximo.

    De repente, mientras pensaba en aquello, recordé el colgante que me había dado Ed y pensé que quizá podría utilizarlo para pedirle que me entrenase durante aquellas semanas. Seguramente un entrenamiento con él sería mucho más eficaz que todo lo que pudiera hacer yo solo, así que no dudé ni un segundo y usé el colgante.
    Al hacerlo, las cosas que estaban a mi alrededor comenzaron a cambiar de repente y en pocos segundos mi habitación había desaparecido y me encontraba de nuevo en medio de la misma playa en la que había aparecido la última vez.

Como no vi a Ed por ninguna parte, me acerqué a la casa donde lo había encontrado anteriormente y entonces pude observar que se encontraba sentado en las escaleras de la entrada, escribiendo algo en un libro.

    — ¿A qué se debe tu visita?—me preguntó sin levantar la vista de su libro.

    — Venía a preguntarte si podrías entrenarme por las tardes durante un par de semanas, necesito prepararme para una mazmorra que está apunto de aparecer —le expliqué.   

    — Imagino que se trata del Palacio, ¿me equivoco? —preguntó dejando el libro a un lado—. Está bien, así podré entretenerme durante un rato... ¿Quieres un entrenamiento práctico o algo más teórico?

    — Práctico, supongo.

    — Perfecto entonces —respondió.

    De repente se levantó, posó su mano sobre mi hombro y todo lo que había a nuestro alrededor comenzó a cambiar a gran velocidad hasta que se convirtió en una especie de jungla.

    — Aquí tienes tu entrenamiento: creo que si sobrevives durante dos semanas mejorarás notablemente —me dijo mientras me robaba el cuchillo de la cintura—. Me llevaré tu arma para darle un poco más de emoción a esto. Como consejo, te recomendaría que desarrollases alguna nueva técnica durante estas semanas porque así podrás pelear de una forma menos monótona y te será más fácil adaptarte a situaciones difíciles.

Durante unos segundos me quedé estático debido a la sorpresa: no tenía muy claro qué decir ni qué hacer en aquel momento… ¿Qué demonios pretendía Ed?

— ¡Espera, espera! —protesté—.¡Lo que yo quiero es que me entrenes en mi tiempo libre, no que me dejes tirado en medio de una jungla! Puede que tú estés de vacaciones, pero yo tengo trabajo que hacer, ¿sabes? No puedo desaparecer durante dos semanas sin avisar.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Where stories live. Discover now