Capítulo 13

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Los golpes cesaron. Esperó, temiendo que fuera tan solo una falsa alarma, pasaron minutos, luego media hora y finalmente una hora y supo que se había ido.

Su cántico de rendición se había apagado hacía un rato ya, pero las palabras seguían repitiéndose en su cerebro <<Voy a morir>>, se decía, y continuaba llorando, absorta en un punto en la pared sin siquiera pestañar. No lo necesitaba, sus ojos estaban lo suficientemente húmedos.

Los brazos de Zayn alrededor de si le reconfortaban, el calor de su cuerpo la tranquilizaba y sus manos que se movían en forma constante y repetitiva le transmitían seguridad. Pensó que no hubiera podido soportar todo eso sin él. Incluso había pensado en suicidarse antes de darle a ese hombre el placer de torturarla de nuevo.

 Muy en el fondo sabía que en realidad era sólo cuestión de tiempo. Ese hombre iba a matarla de todas formas, más tarde o más temprano, pero lo haría, sólo necesitaba una escusa, y el paseo a caballo le había proporcionado una perfecta. Zayn estaba sobre aviso acerca de aquello, el hombre se lo había dicho, por eso ya no podía decirle traidor a su padre, porque le había advertido. Sin embargo, ella no se arrepentía de haber salido esa mañana, si iba a morir prefería hacerlo después de realizar una de sus actividades favoritas, como montar, que algunos días, semanas o meses después de vivir encerrada como un hámster dentro de su jaula. Nunca lo había valorado demasiado, pero la libertad era algo invaluable y, luego de verse privada de ella la anhelaba.

Levantó la cabeza y miró a Zayn, que tenía los ojos cerrados con ímpetu y el entrecejo fruncido. Una lágrima cruzaba su mejilla, como una gota de rocío al atardecer.

- ¿Por qué lloras? –le preguntó inquieta. Él no debía estar mal, él le había ayudado, no debía sentirse mal.

Zayn le miró con una honda pena reflejada en sus ojos, brillantes por las lágrimas.

- Lo siento- le dijo, intentando contenerse- realmente lo siento.

- ¿Por qué?- inquirió ella. Él le miró, era evidente que se culpaba por lo ocurrido, ella se lo esperaba- Tú no tienes la culpa- le dijo con dulzura- tú me ayudaste, no podría haber soportado todo esto sin ti- Ella cerró los ojos y varias lágrimas atravesaron su rostro- Gracias- finalizó en un susurro.

Él la abrazó más cerca de su cuerpo. Saltaba a la vista que necesitaba consuelo.

-¿Zayn?- dijo ella con timidez

-¿Si? –Preguntó él. Había cerrado los ojos nuevamente y escondía la cabeza entre el cabello de la joven.

-¿Puedo contarte cómo llegué aquí?, si muero me gustaría que mi familia se enterara de todo.- Él levantó la cabeza, abrió los ojos y le miró- Si no quieres, n-no hay problema- se apresuró a decir- sólo… sólo quisiera que les dijeras a mis padres que los amo. – Miró hacia abajo y se sonrojó, esperando una respuesta de él. No era solamente el hecho de que quería que sus padres se quedaran tranquilos lo que le llevaba a hacer eso, también tenía la necesidad de descargarse, de hablar de ello con alguien y no sólo repetir su historia mentalmente mientras se bañaba.

- Puedes contarme lo que quieras- le respondió- pero tú no vas a morir- le aseguró- yo me haré cargo de que le digas a tus padres personalmente que los amas. – Se veía muy seguro, realmente pensaba que aquello era cierto, pero ella ya había aprendido por el lado malo que nada es realmente seguro, la seguridad es sólo una sensación, todas las cosas, aunque parezcan realmente firmes, pueden desmoronarse en segundos. Todo en esa vida era efímero.

Suspiró.

- Y-yo nunca he sido buena contando historias. En la único que he sido buena en toda mi vida fue la escuela –comenzó- y, recientemente, descubrí que me amo montar, pero eso llegó después. Cuando iba a primaria no pude integrarme en un grupo definido nunca. Me limitaba a estudiar durante las clases y, al salir al recreo, me sentaba contra una pared a observar a mis compañeras jugar. Yo nunca jugaba, nunca me invitaban.

Take Me HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora