capítulo 15

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Hoy era el día. Se irían de allí. Aún no sabía cómo, porque Zayn no se lo había dicho, pero esperaba que nada de eso sucediera mal, si fallaban podría costarle la vida a él, y eso era algo que quería evitar a toda costa.

 Cambió la posición de sus piernas sobre la cama y miró a través de las rendijas de la ventana hacia el cielo. Estaba celeste, de un color puro y vigoroso que provocaba salir a sentir el viento corriendo entre el cabello. Estaban encerrados allí dentro desde hacía una semana y se estaba volviendo insoportable. Estar con Zayn era maravilloso, debía reconocerlo, ya hasta charlaban de manera fluida, podían entablar una conversación con tranquilidad y ella no estaba rehuyéndole a su mirada constantemente. Se había acostumbrado a esos impresionantes ojos color miel clavados en ella, incluso cuando no lo veía sabía que él le estaba mirando y de alguna manera eso le reconfortaba.

Pero si embargo, el encierro les estaba afectando los nervios, especialmente a ella. No podía sentir un ruido sin darse vuelta y verificar que la puerta se mantenía cerrada. Creía que se había resignado a morir, pero cuando su captor estuvo a punto de convertir eso en realidad y ella tomó sin pensarlo esa sartén, supo que no quería hacerlo, no quería morir. Luego pensó en suicidarse para no darle el placer a él, pero el instinto de supervivencia fue más, no hubiera podido suicidarse aunque realmente lo hubiera querido. Y ahora ellos dos estaban esperando el momento preciso para escapar de allí, aún sabiendo que el hombre los vigilaba día y noche.

Se escuchó el ruido de un motor al encenderse y ella saltó en su sitio emitiendo un pequeño grito de sorpresa y luego se quedó pálida. ¿Qué pasaría ahora? ¿Iba a pasar la casa por arriba con el auto para matarles a los dos? Zayn salió del baño aún mojado y sin nada más excepto una toalla. Ella abrió los ojos y no pudo evitar sonrojarse. Su cuerpo estaba muy bien moldeado, su abdomen era plano y, aunque no tenía los abdominales marcados, resultaba muy atractivo. El cabello le caía despeinado, revuelto y mojado sobre la frente y transparentes gotas de agua adornaban todo su cuerpo, dando la impresión de que el chico brillaba.

Por un momento olvidó lo que estaba pasando en el mundo real y se le quedó viendo embobada, cada detalle de su cuerpo, cada línea de expresión, cada músculo contraído. Nunca había visto a nadie así.

Él se acercó a ella apresurado y movió los labios, pero el sonido no llegó a sus oídos. Salió de su ensimismamiento con una sacudida de cabeza y le miró interrogante.

- ¿Qué sucede?- repitió él al darse cuenta de que ella no le había escuchado en un principio y sonrojándose levemente al descubrir la razón.

- Un motor- dijo ella- acabo de oír arrancar un motor ¿Crees que quiera aplastarnos con el auto?- le preguntó preocupada.

-No lo se- respondió él acercándose a la rendija de la ventana que dejaba ver al exterior- déjame averiguarlo.- ella le miró acercarse a la ventana asustada.

-¡No! ¡No te acerques! ¡Puede lastimarte!- él hizo caso omiso a sus palabras y miró hacia afuera pegado a la ventana. ¿Qué no entendía que si su padre quería derribar la casa probablemente lo hiciese por ese lado y él sería el primero en morir? Se paró y se dirigió a su lado. Si iban a morir lo harían juntos, no podría ver al chico que había intentado salvarle morir ante sus ojos, sería demasiado.

Observó por la misma rendija al hombre que se subía al auto con una urgente necesidad de huir de allí, pero se obligó a quedarse y seguir mirando. Él cerró la puerta del auto sin hacer casi ruido y se fue de allí cerrando la tranquera con candado y llevándose la llave. Ambos soltaron un suspiro al unísono y se miraron aliviados. Luego Zayn le miró con urgencia.

-Debemos irnos ahora –dijo- ¿Estas lista?- Ella asintió con la cabeza y, luego, para confirmar, dijo:

- Si.

-espera a que me vista y luego iré a buscar nuestro medio de transporte- le informó. Luego sacó otra toalla de un cajón y se secó con ella. Tomó ropa y se metió en el baño.

Ella esperó paciente, tomando las dos mochilas que habían preparado para el viaje y revisando que todo estuviera en su sitio. A los pocos minutos Zayn salió del baño completamente vestido y una sensación imprevista de decepción le atravesó el pecho, le hubiera gustado seguir viéndole de la manera como estaba antes, pero no podían perder tiempo en eso, debían salir lo más pronto posible.

- Espérame aquí, ya regreso- le dijo él y corrió la cama para salir por la puerta. Salió corriendo con todas sus fuerzas de allí.

 Volvió unos pocos minutos después llevando al caballo consigo. Ella entendió el mensaje inmediatamente. Le dio una de las mochilas a él y se colgó otra a los hombros. Luego saltó sobre el caballo y le tendió la mano a Zayn para que subiera. Le costó un poco, pero no tanto como la primera vez y en un minuto estaba sentado detrás de ella, galopando a toda velocidad hacia la tranquera.

Llegaron hasta su lado y se detuvieron a unos metros.

- Está cerrado- dijo Zayn sin necesidad de bajarse del caballo para comprobarlo- ¿Cómo haremos para que el caballo salga así? Nosotros podemos saltarla, pero no creo que podamos obligarlo a él a hacerlo, y se nos acaba el tiempo. – comentó preocupado. Unas arrugas surcaron su frente y frunció el entrecejo.

- No te preocupes, yo me encargo- dirigió al caballo hacia atrás para tomar carrera- ¡sujétate bien!- le avisó antes de salir disparada hacia delante.

Él se aferró con fuerza a su cintura y cerró los ojos para no ver. La joven miró al frente y se concentró. Había hecho eso con muchos caballos, pero nunca lo había intentado con ese y mucho menos con dos personas montadas sobre el caballo. Apuró al animal para que fuera más rápido. El viento alborotó sus cabellos y le incitó a cerrar los ojos, pero no podía hacerlo, debía dirigir al caballo.

Le dio la señal y el caballo se elevó en el aire como si fuera un experto. Vio a la tranquera pasar bajo sus pies sin siquiera rozarles y sintió la tierra de nuevo bajo su peso. No disminuyó la marcha sin embargo cuando estuvieron del otro lado. Galopó velozmente a través de los pastos que crecían junto a la carretera, intentando poner la mayor distancia entre ese campo maldito y ellos. Después de un tiempo de cabalgar sintió pequeños golpes en su hombro. Dio vuelta el rostro para ver qué quería Zayn y sintió su aliento en la oreja cuando le habló.

-Debemos salir de la carretera- le dijo Zayn en el oído, gritando para que el viento no se llevara las palabras- Mi padre salió para este mismo lado, no tardará demasiado en regresar, sabe que estamos solos.- informó.

Ella detuvo el caballo con un tirón en las riendas y le miró. Luego miró a ambos lados de la carretera y buscó algún lugar donde pudieran esconderse hasta que el padre de Zayn pasara por allí. Divisó un grupo de árboles a aproximadamente un kilómetro y reanudo la marcha furiosa hasta allí. Sabía que no debería exigirle tanto al caballo, podría caer rendido con demasiada facilidad, pero no quedaba otra alternativa.

Llegaron hasta los árboles justo cuando vieron un auto aparecer en el horizonte. Se apresuraron a desmontar y esconderse tras estos, pegados a los troncos para reducir la posibilidad de ser vistos. Ella se quitó la mochila y le abrazó para calmar un poco sus nervios, mientras se deslizaba a través del tronco hasta llegar al piso y quedarse sentada allí. Zayn asomó la cabeza para ver mejor a la carretera y dijo:

-Es el auto de mi padre, escóndete bien. – susurró.

Inmediatamente se agachó junto a ella y le tomó la mano. Su contacto era firme y tranquilizador y muy oportuno en ese momento. Oyeron al auto pasar sin detenerse detrás de ellos y Esperaron hasta verle desaparecer en el horizonte.

Ella miró a Zayn por unos segundos. Habían escapado, él le había ayudado a salir de ese lugar. No lo pensó dos veces, se impulsó con las piernas y rodeó su cuerpo en un cálido abrazo.

Take Me HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora