Capítulo 23

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<<Muy bien _____ (tn), respira, respira, que no note lo terriblemente nerviosa y confundida que estas>> pensaba la joven mientras volvían caminando a buscar el caballo que habían dejado amarrado a un árbol.

Su vida era caótica ya de por sí, pero ese día había sido uno de los que más la confundían, encabezaba su lista junto al día del beso en el hotel. No sabía qué pensar ni cómo reaccionar ¿Por qué Zayn le besaba? Y lo que era más importante ¿Volvería a hacerlo? ¿Cuándo? Después del beso del hotel no lo habían mencionado, no habían hablado de ello y ella suponía que tampoco lo harían ahora, pero estaba sedienta de información. Su curiosidad la mataba, pero le daba vergüenza sólo pensar en sacar el tema.

Zayn le tomó la mano y le acercó a  si mientras caminaban.

 Ella realmente no entendía qué era lo que sucedía entre ellos. En primer lugar, estaba segura que él no le amaba, no era posible que alguien le amara, y mucho menos alguien como él, tan perfecto. Tal vez estaba jugando con ella, divirtiéndose mientras le ayudaba a ir a su casa para que el viaje no sólo fuera un desperdicio de tiempo. Pero si fuera eso estaba el mismo tema que antes ¿Por qué querría divertirse con ella? De seguro él tenía cientos de chicas con las cuales divertirse, todas mucho más lindas que ella, con cuerpos esculturales y caras de Barbie. Además, no lo conocía realmente desde mucho tiempo atrás, pero el mes que habían pasado juntos le bastaba para saber que él no era así ¿Cómo un chico que estaba haciendo todo lo que él hacía por ella podría ser así? No, eso no era.

Una opción algo extravagante y complicada pasó por su cerebro ¿Y si él estaba intentando arreglar su corazón durante el viaje para que cuando llegara a su casa pudiera irse con la consciencia tranquila, sabiendo había hecho todo lo posible? Eso sería tierno, cruel y bastante improbable.

Sacudió su cabeza para despejar las ideas que le agobiaban.

No importaba. Estaba por ir a su casa, eso era lo importante, sólo debía asegurarse de no enamorarse de Zayn, por lo menos no hasta saber que él sentía lo mismo, algo que ella realmente dudaba que sucediera.

Miró a su lado, donde Zayn caminaba tranquilo, con la mirada a la altura de los ojos.

No, no estaba tranquilo. Tenía la mandíbula apretada por alguna razón. Se acercó más a él para intentar que se relajara y aspiró su aroma.

Suspiró.

-¿Qué sucede? –Preguntó Zayn al escuchar su suspiro.

_____ (tn) le miró alarmada y negó con la cabeza.

-Nada, sólo… hueles bien- dijo, mirando al piso, repentinamente sonrojada. Zayn rió.

-No lo creo, aún no me he bañado- dijo, riendo y provocando en ella una sonrisa.

Era extraño sonreír. En los últimos tiempos no lo había hecho mucho y tener esa sensación de nuevo era… reconfortante.

Llegaron a las afueras de la ciudad y recogieron al caballo del árbol en el que había estado atado.

_____ (tn) se acercó a él y le acarició en el cuello. Zayn se paró a su lado y le puso la mano en la espalda. Sus nervios se tensaron.

-Creo que olvidé de que estás débil- le dijo él al oído.

-En realidad… ya no lo estoy- respondió, y era cierto. Al parecer, por alguna extraña razón, esa corrida le había devuelto la vitalidad a sus piernas.

- ______ (Tn)… -le dijo reprochándole.

-¡Es cierto! – afirmó, con una mezcla de diversión e indignación porque no le creyera.

- No lo sé… -contestó dudoso- ¿me lo juras?

-Te lo juro por lo que más quieras- contestó con seguridad

-Está bien- concedió- te creo.

-¿Puedo montar ya? – preguntó ilusionada.

-No.

-Pero…

-No voy a arriesgarme a que te vuelvas a debilitar.

-¡Zayn! Por favor, es lo único que puedo hacer- rogó.

 Estaba bien que Zayn quisiera protegerle, era algo nuevo para ella y se sentía extraño, aunque no mal. Pero montar era lo único que podía hacer y no iba a dejar que se lo quietaran tan fácilmente.

Él le miró por unos segundos, examinándole, mientras ella continuaba rogando con su mirada.

-Sólo un poco, por un rato.

-¿Me dejarás montar?- preguntó esperanzada. Aún no iba a dar nada por seguro hasta que él se lo dijera.

-Si- contestó serio.

Una amplia sonrisa se coló entre sus labios. Se abalanzó sobre Zayn y le abrasó, provocando que casi cayera al suelo. Le dio un beso en la mejilla, sin saber de dónde sacaba la voluntad para hacerlo, tal vez era el hecho de que él acababa de besarle, no podría haber más restricciones entre ellos.

¿A quién engañaba? Ella no quería sólo besarle en la mejilla, quería más. Pero su seguridad llegaba hasta eso. Dudaba que ella tomara la iniciativa alguna vez. No era lo suyo.

Subió al caballo de un salto, como estaba acostumbrada, y se abrazó al cuello del animal, acariciando su mejilla contra este. Miró el campo que se extendía frente a ella. Una pequeña pradera que aún mantenía sus pastos verdes.

- Ya regreso- dijo, y se alejó galopando, con el cabello al viento y una gran sonrisa en su rostro.

-No deberías haber hecho eso- oyó la voz de su compañero mientras bajaba del caballo de un salto- ¿qué hubiera pasado si te sucedía algo y yo no estaba allí para ayudarte?

Una punzada de culpa atravesó su pecho.

Él siempre estaba allí, siempre ayudándole. Y ella siempre le necesitaba, era frustrante.

- Lo siento-respondió con culpa-, pero no me pasó nada, así que no fue grave- dijo, con una sonrisa arrepentida.

No estaba bien lo que había hecho, pero no sabía si podría aguantar mucho tiempo más teniendo un caballo tan cerca sin poder montarlo, cabalgar con el cabello ondeando al viento y sentir la brisa fresca contra su rostro. Era sencillamente irresistible.

Era extraño. Cuando no tenía algo cerca, si no estaba acostumbrada a ello, cuando aún no era parte de su rutina, era fácil vivir sin hacerlo, pero cuando se acostumbraba a algo, como por ejemplo montar, y lo tenía a su disposición todo el tiempo, no hacerlo era algo casi imposible. Inimaginable. Y sabía que eso no sólo le pasaba a ella, y no sólo le pasaba con el hecho de montar…

Se acercó a la hoguera que estaba encendida a unos metros de la carpa con la cabeza gacha y se sentó junto a ella abrazándose las piernas.

El otoño estaba avanzando. Ya estaban a más de la mitad de esa estación y las hojas de tonos cálidos eran cosa cada vez más habitual junto a los árboles. Excepto allí, ya que estaban bajo a un grupo de pinos, así que una manta de agujas verdes cubría el suelo. En ese momento eran cómodas.

Una pregunta, que le venía taladrando el cerebro desde hacía un tiempo, volvió a punzar por salir, y por alguna razón ella no pudo detenerla.

-Zayn… - dijo. La curiosidad ya se notaba en su voz- ¿Por qué me besaste?

Take Me HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora