Capítulo 6

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—¿Por qué no habla? —preguntó Oliver—. ¿Qué le pasa Tony?

—Tranquilo, solo está impresionada, es el susto, nada más.

El tal Tony me hizo beber agua con una pastilla, había un silencio impresionante, hasta que por fin pude sentarme en la cama con mucho trabajo, me dolía el estómago y las piernas, al mover los brazos los sentí muy pesados.

—¿Cómo te sientes? —preguntó "Tony".

—Bien —susurré—. Gracias.

—¿Por qué no me hiciste caso? ¡Te dije que confiaba en ti! —gritó Oliver, eso me partió la cabeza en dos, tanto que me sujeté la cabeza con ambas manos.

—¡Oliver cálmate! No es el momento, está asustada, no ayudas haciendo ese escándalo.

—¡Mira como la dejaron, mira como me dejaron! ¿Qué le voy a decir a mis padres?

—A mí también me golpearon y no me ando quejando como niño chiquito, cálmate o vete de la habitación.

Con un portazo de aquellos Oliver desapareció de la habitación dejándome con Tony y los otros dos muchachos. No es que les tenga miedo a ellos porque bueno, ellos me sacaron de ese lugar, pero no estoy en condiciones de quedarme con extraños.

—¿Siempre es así? —pregunté apretando las sábanas.

Aún con el miedo que les tenía, traté de ocultarlo, Oliver me dejó con ellos.... No van a hacerme nada, no van a hacerme nada, no van a hacerme nada...

—Siempre —dijo uno de los chicos que también estaba golpeado—. Puede ser muy tranquilo, pero hay situaciones que lo superan y pierde la cabeza.

—Lo siento —dije a punto de llorar—. Yo no...

—No te preocupes —sonrió Tony—. Mi nombre es Tonyo, pero me dicen Tony y ellos son Lucca y Jeff

—Gracias por ayudarme —murmuré— ¿Cómo es que llegaron?

—Veníamos a ver a Oliver y te vimos caminar hacia el bar, ni siquiera nos imaginamos que eras la chica que se quedaría en la casa de los Carreira, hasta que llegamos aquí y tu carpeta estaba sobre la mesa, tenía unas fotos tuyas y Lucca se dio cuenta que eras tú la que estaba caminando y bueno...

—Aunque con ese nuevo peinado...

—No lo menciones —supliqué—. Siento que les hayan golpeado por mi culpa.

—No hay problema, Tony está acostumbrado a las peleas.

—No es cierto Jeff —dijo mirándolo—. Solo que tengo una hermana a quien protejo mucho, mejor te dejamos descansar.

—¿Qué fue lo que me diste de tomar? —pregunté.

—Es para el dolor, un relajante muscular, en un rato se te pasará, le dejaré a Oliver las pastillas, tres veces al día, cada ocho horas durante dos días.

—Suenas a un doctor —dije rodando los ojos.

—Soy doctor —respondió sonriendo.

Entrecerré los ojos y recordé; él es el mismo Tony que Oliver nombró cuando estábamos en la mesa ayer en la noche, claro, él es doctor y es por eso que sus padres le creyeron, parece muy joven.

-¿Lo prometes? -Lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora