Capítulo 24

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Hoy no necesité que Oliver me despierte. Es sábado, le hubiera ahorcado si lo hacía y no sólo por despertarme, sino por la escenita de ayer. No lo he visto desde entonces y tampoco sé si quiero verlo. Pasé la mañana entera con Richard, fue a mi habitación, quería compañía y yo también. Tony no dejaba de llamarme y mandarme mensajes, no contesté. No quise contárselo a Richard, porque quién sabe lo que me iba a decir. Pero sí se lo conté a Jacobo, lo que no le conté fue que su dulce ex, la máquina expendedora de sonrisas y de amor, me había eliminado del grupo. No es necesario que me diga que ya no estoy invitada a su reunión de hoy en la noche, he captado la indirecta. Que poco me duran los amigos. Me tocaba preparar el almuerzo con Miranda. Decidimos que sería carne con ensalada de verduras, yo hice la carne, ella la ensalada, también corté rodajas de pan y preparé jugo de limón. No vi a Oliver en toda la mañana, Miranda tampoco parecía de buen humor. ¿Qué demonios pasa? ¿El mal humor ahora es un virus? ¿Estaré infectada y no lo sé?

Me pasé el resto de la tarde estudiando para los exámenes, necesitaba más puntos que cualquiera para terminar bien el año, así que debía esforzarme. Mañana es la dichosa salida al orfanato, no quiero ir y no sé si ésta es una actividad obligatoria. Podría decir que tengo que estudiar, no es mentira después de todo. Pero ese es un problema del que me preocuparé mañana.

Tony insistió con los mensajes.

»¿Estás molesta conmigo? Fue Oliver quien no quiso que salgas«

»¿Podrías atender mis llamadas al menos?«

»Uno de los mejores neurocirujanos que existe actualmente está cinco filas delante de mi hablando de sus experiencias y cómo ha conseguido salvar casos perdidos y yo me lo estoy perdiendo porque no me atiendes, al menos di que me llamarás en la noche y así podré dejar de sufrir por lo que queda de la conferencia«

»Es verdad. Yo no tengo relaciones, yo no tengo novias, ese es el motivo por cual no te lo he pedido, no sólo se trata de la beca que espero recibir, se trata de que no me gustan las relaciones amorosas, no me gusta el compromiso exagerado con alguien, no me gusta sentir que tengo que recordar llamar o mandar un mensaje o decir "te quiero" de vez en cuando. No quiero tener que pensar en alguien más que no sea yo al momento de tomar una decisión sobre mi vida como por ejemplo: mudarme o cambiar de hospital. No quiero casarme, no quiero hijos, soy pediatra no porque me gusten los niños y no me malentiendas, me gustan y mucho, pero soy pediatra porque el desafío de tener que diagnosticar a alguien que no me entiende, a alguien que no puede decirme lo que siente o dónde le duele me vuelve loco. Yo no nací para estar con alguien, no nací para que alguien dependa de mí, de forma sentimental. Porque si existe alguna forma en la que yo quiera que alguien dependiera de mí, sería que esa persona esté anestesiada en una mesa de quirófano conmigo abriendo su cuerpo, esa es la única dependencia que busco en mi vida»

Leí demasiadas veces ese último mensaje que podría reescribirlo sin mirar, sin olvidar ni un solo punto. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba haciendo, mi mensaje ya había sido enviado, recibido y leído.

»Y yo lo acepto«

No estaba segura de lo que eso significaba y creo que Tony tampoco, porque no me respondió. Me crucé con Oliver un par de veces durante la tarde, pero no nos hablamos, creo que hoy ni siquiera nos saludamos. Cuando subió las escaleras dejándome en la sala con una taza de café no pude evitar sentir que lo extrañaba. No me habla hace menos de veinticuatro horas y yo siento que ha pasado un siglo. Invité a Jacobo alrededor de las seis de la tarde, estudié mucho y sé que él también, aunque él lo necesita menos que yo. De igual manera ambos nos merecemos un descanso. Jacobo no tardó en llegar a la casa de los Carreira, yo me estaba cambiando de ropa cuando él llegó, pude escuchar que alguien abría la puerta, pero no escuché una sola palabra. Podía ser Oliver enfadado porque yo tenía pensando hacer vida social sin haberle pedido permiso, o podía ser... ¡no puede ser!

-¿Lo prometes? -Lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora