Capítulo 34

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No le devolví la llamada a Jacobo. No me sentía capaz de hablar con él. No me sentía capaz de hablar con nadie en realidad. Los siguientes días fueron terribles, el examen que me faltaba lo rendí falta, con suerte hice la mitad de puntos. He estado hablando con Tony muy seguido, quería saber cómo llevaba el hecho de que le negaron la beca. Miranda por otra parte parece más relajada, como si ya se hubiera resignado a la idea de que estaba embarazada, en el colegio ya era de público conocimiento y no sé si ella lo note, pero las personas la miran extraño, como si estuviera contaminada y no creo que sea el hecho de que esté embarazada, sino el hecho de quien es el padre.

El fin de semana pasó como un rayo, no vi a Oliver hasta el domingo cuando vino a comer. Se suponía que debía buscarme para llevarme al colegio, pero no lo hizo, dijo que tenía mucha tarea y que debía acostumbrarse a su nuevo horario. Gerardo me contó que fue a verlo el viernes y que se veía bien. ¿Se veía bien? ¿Mientas yo lloraba en mi habitación porque quería verlo, él se veía bien? En muchas oportunidades intenté hablar con Jacobo al respecto, pero no conseguí hacerlo. También intenté hablar con Tony, pero eso fue aún más difícil. Siempre que nos veíamos él tenía un plan divertido o romántico para nosotros. El domingo por la mañana Tony apareció en la casa de los Carreira con bollos y chocolate caliente, Miranda lo recibió como si se tratara de algún ángel. Hacía comentarios como »Qué afortunada eres«. Y eso hacía que me sintiera aún más culpable.

Cuando vi el domingo a Oliver, sentí que me estaba evitando. Me tocaba lavar los platos con él, pero él decidió cambiar con Richard, que tenía que darle de comer a los animales. Al final Richard lavó y yo sequé. Ese no era el plan. Me contó cómo le iba con Adriana, no eran buenas noticias, dijo que ella ha estado muy distante y que ya no hablaban como antes. Que de hecho ella ha salido con otro chico, eso me hizo sentir terrible, Richard se escuchaba tan desanimado que lo único que quería hacer era abrazarlo. Intenté animarlo, pero creo que no soy buena en eso, al final se fue a su habitación solo, con la excusa de que debía hacer tarea. Por la tarde tuve la intención de ir junto a Oliver, así que le mandé un mensaje que no tardó en responder diciendo que no estaba en su nueva casa, que había salido y no sabía a qué hora volvería.

Me estaba evitando.

Por la noche repetí la videollamada con Jacobo. Planeaba decírselo, planeaba contarle que las últimas noches había llorado antes de dormir porque quería a Oliver. Quería verlo, quería hablar con él. Simplemente quería tenerlo cerca.

Pero no lo hice.

Soy alguien que quiere hacer tantas cosas y no las hace. ¿Por qué demonios no las hago? Terminamos hablando de Jacobo y su nueva conquista, una chica de segundo, excelente en matemática y física, pero pésima en lengua y ciencias. Jacobo se ofreció a ayudarle con esas materias, al final consiguió una cita de verdad. Estoy feliz por él, parece entusiasmado, pero esa alegría repentina por salir con alguien solo provocaba que yo tuviera menos ganas de contarle lo que me pasaba con Oliver. Toda mi vida he sido mi propia confidente, aunque no sé si eso cuente. Cuando tuve al primero, resulta que me enamoré de él y resulta que él se mudó a unas calles y ni siquiera quiere hacer espacio en su apretada agenda para verme. ¿Lo hace apropósito?

El lunes no vi a Oliver.

El martes no vi a Oliver.

El miércoles no vi a Oliver.

Cuando desperté el jueves, lo primero que hice fue mandarle un mensaje preguntándole si podía llevarme al colegio. Debe pensar que soy insoportable, pero no me importa. Quiero verlo y si él no hace nada para conseguirlo, yo sí. Para mi enorme sorpresa dijo que sí pasaría por mí. Me alisté todo lo rápido que pude, tiré los cuadernos dentro de mi mochila y bajé las escaleras de dos en dos, cuando entré a la cocina él ya estaba allí, con la mesa repleta de pedacitos de papel de colores, percibí un aroma a chocolate que seguro provenía del enorme pastel que estaba en medio, con fresas encima y chispas de colores.

-¿Lo prometes? -Lo prometoWhere stories live. Discover now