Capítulo 11

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La película estuvo muy buena, nos decidimos por una de acción y creo que fue una elección sabia. Tony se comportó excelente conmigo, compró las entradas, las palomitas y las bebidas, así que insistí en comprar las golosinas, aún tenía una parte del dinero que Edmundo me mandó, así que quise hacerlo. Caminamos por el centro comercial mientras comentábamos la película, pero había mucho ruido, así que decidimos irnos. Me llevó a algo que parecía un parque, no tenía juego para niños, pero sí una pista para correr, supuse que la gente venía aquí para hacer ejercicio, ya que cada tanto veía a gente corriendo.

—Oye, hasta ahora no te vi en lo alto —dije volteando para verlo.

—¿Lo alto? —no pude entender si estaba sorprendido o confundido.

—Sí, ese lugar que tanto le gusta a Oliver.

—Sé que es lo alto —hizo una pausa de casi nada—.¿Oliver te llevó a lo alto?

—Sí, dos veces —ahora la confundida era yo—. ¿Por qué?

—No puedo creerlo —se rió—. Vaya que te quiere.

Aquello me pilló por sorpresa, detuve mis pasos en seco y él tardó unos cuantos pasos en darse cuenta, volteó para verme, tenía una sonrisa a medias. No parecía desanimado, pero me pareció ligeramente más apagado que al principio, me sentí mal, porque tal vez era culpa mía.

—¿Por qué lo dices?

—En cinco años nunca ha llevado a Dulce, ella se lo ha pedido varias veces pero él siempre encuentra una excusa para evitarlo, además, tampoco hemos ido con él innumerables veces, es decir, cualquiera puede ir a lo alto, es un lugar público, pero no cualquiera va con Oliver, nosotros lo hemos acompañado unas cuantas veces, para hablar o para tomarnos unas cervezas, pero normalmente prefiere ir solo.

—No tenía idea de que fuera tan selectivo, nosotros hemos ido un par de veces.

Tony bajó la mirada, mas no la cabeza. Cuando pareció darse cuenta, inmediatamente volvió a mirarme, su sonrisa estaba allí, estampada en sus labios, pero no llegaba a sus ojos, no como al principio, empezaba a preocuparme. La salida empezó increíble, pero cuanto más hablábamos o mencionábamos a Oliver, Tony se volvía más distante. No lo comprendo, es su mejor amigo en todo el universo.

—Para Oliver si es la gran cosa, ese lugar significa muchísimo, te lo dirá en su momento.

Me encogí de hombros y seguimos caminando un poco más, me la pasé hablando sin dejar un solo hueco, él también puso de su parte y lo agradezco inmensamente, no quería que se diera cuenta que lo que me dijo de Oliver me resultó intrigante y hasta en cierto modo, me hizo sentir especial. Muy especial. A las nueve en punto yo estaba frente a la casa Carreira de nuevo, debo aceptar que fue una noche increíble, me divertí como hace tiempo no me divertía con un chico sin alcohol y cigarrillos de por medio, con Oliver también la pasaba genial, pero hasta el momento no habíamos tenido una salida como ésta, más que lo alto y cada vez que pensaba en ello un calor aparecía en mi cuello.

—Espero que se vuelva a repetir —dijo sonriéndome

—No lo dudes.

Pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de evitarlo. Tony puso una de sus manos en mi cintura y cuando pensé que iba a besarme en los labios, termino haciéndolo en la frente. Un golpe de alivio y decepción se mezclaron en mi interior haciéndome sentir extraña, no quería que Tony me besara, pero tampoco iba a molestarme que lo hiciera.

-¿Lo prometes? -Lo prometoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن