Capítulo 8

452 62 11
                                    


Todo me gustaba. No importaba para donde mirara, todo se veía genial. Había una variedad escandalosa de cosas, desde peluches, hasta puestos de tatuajes y perforaciones, antes de que pudiera decir algo Oliver se me adelantó.

—Ni lo pienses —de acuerdo, no voy a contradecir.

Los puestos eran medianos, juegos, carritos de comida rápida, hombres que te dibujaban en forma de caricatura, puestos de malteada, algodón de azúcar y churros, puestos de mágia donde buscaban voluntarios y no faltaba el artista que pintaba sobre la marcha frente a todos.

—¿Te gusta? —preguntó Oliver al ver como miraba al hombre que estaba pintando un paisaje sobre un pedazo de azulejo—. Es fascinante, tengo como cuatro cuadros suyos en mi habitación.

—Es excelente —dije mirándolo—. Gracias por traerme.

—No hay problema —sonrió—. Ahora ven, tengo una promesa que cumplir.

Lucca y Jeff son un par de tontos, pensaba que el bromista del grupo era Tony, pero me equivoqué ligeramente, es decir, sí es simpático, pero Lucca y Jeff juntos son unos payasos. Jugamos a meter una pelotita en una botella, le gané a Lucca, pero perdí contra Oliver, de premio elegí una remera negra que en letras blancas decía «BLEH», Oliver en lugar de elegir unos auriculares, escogió un gato de peluche, tenía un ligero parecido a Manchas.

—Es para ti —dijo pasándome el peluche.

—Vaya, gracias—sonreí mientras abrazaba al peluche, es muy suave.

El único hombre que me ha regalado un peluche fue mi papá, ni siquiera Gustavo que intentaba ser romántico conmigo. Pasamos a más juegos y luego buscamos algo para comer, no tardamos mucho, vi un puesto de pizza, me gusta mucho la pizza, fría, caliente como sea, para mí siempre saben bien.

—¿Podemos comer ahí? —pregunté señalando el puesto.

—Claro, es delicioso —le hizo un gesto a sus amigos para que nos acompañaran—. ¿Cómo quieres tu pizza?

—Borde relleno de queso, mucho queso encima, pepperoni y aceitunas.

—Dos así por favor, pero una sin aceitunas —pidió Oliver—. Pidan la suya.

Jeff, Lucca y Tony pidieron sus pizzas mientras Oliver me mostraba lo que había para tomar, tenía algo de sed, era capaz de contentarme con agua, pero él señaló la parte de bebidas con alcohol. No creo que él no tome alcohol, pero sí creo que no lo consume a menudo.

—¿Quieres una lata? —preguntó, tal vez porque me pilló mirando la cerveza.

Traté de disimular mi sorpresa rodando los ojos. No me lo estaba ofreciendo en serio, tenía que ser una broma.

—No me saldrás con un "pues sigue queriendo" ¿verdad?

Volvió a soltar una carcajada arrojando la cabeza hacia atrás y eso me hizo sonreír a mí.

—No, lo digo en serio, si quieres te pido una cerveza.

Lo pensé un momento. ¿En verdad quería la cerveza? Por supuesto que la quería, pero nadie más la estaba tomando y aunque eso en otro momento no me hubiera importado, ahora me importa un poquito. Negué con la cabeza y ésta vez el sorprendido era él.

-¿Lo prometes? -Lo prometoWhere stories live. Discover now