Capítulo 26

370 54 14
                                    

Sólo faltamos a la primera clase, esperamos a que la profesora saliera para poder entrar al salón. Sentimos como todos nos miraban pero no hicimos caso, él se sentó detrás de mí, en su lugar de siempre, saqué el cuaderno de la siguiente clase y no pude evitar escuchar el comentario de Candelaria, porque estoy segura que lo dijo para que lo escuchara.

-Seguro fueron a follar.

No sé en qué momento pasé de estar sentada en mi pupitre a tener mi puño sobre la nariz de Candelaria. Medio segundo después sentí los brazos de alguien a mí alrededor. La chica se cubría la nariz con las manos mientras que Meredith le pasaba un pañuelo, la profesora entró y el alboroto se desató. Candelaria empezó a llorar, parecía más una actuación que otra cosa. Jacobo me llevó al otro extremo del salón mientras le gritaba a Samuel, que me gritaba a mí. La profesora mandó a Candelaria a la enfermería, Meredith la acompañó. A mí me mandó a la dirección, con Jacobo.

-No tenías que golpearla -susurró mientras la directora hablaba por teléfono-. ¿Y con el puño? ¿Es en serio? Podías haberle jalado el cabello.

La directora terminó con la llamada. No nos dirigió la palabra y tampoco dejó que hablemos entre nosotros. Media hora después alguien golpeó la puerta. El rostro enfadado del papá de Oliver o los ojos llenos de decepción de su mamá vinieron a mi mente. Maldita sea. ¿Por qué no le jalé el cabello? Cuando la puerta se abrió, no supe qué sentir. Si alivio o terror.

Oliver entró a la dirección y la directora salió. No tengo idea de por qué no se quedó con nosotros, pero que nos deje solos con Oliver me daba más miedo que tranquilidad. Ya lo decidí, terror es lo que siento.

-¿En la nariz? -exclamó Oliver poniendo los brazos en jarra-. ¿No podías romper un lápiz? ¿Tenía que ser la nariz de tu compañera?

-¡No se la rompí! -me defendí-. Sangró solo un poquito.

-Oh, por supuesto, los padres de Candelaria sólo se enojarán un poquito. ¿Alguno piensa decirme lo que ocurrió?

-Alguien tenía que golpearla, Candelaria es una idiota.

-Yo quiero golpear a Jacobo, pero no lo hago porque no puedo hacer todo lo que se me antoja -exclamó Oliver, no sonaba tan molesto como pensé que estaría.

-¡Oye! -dijo Jacobo-. Yo no quería que la golpeara, pero no dejaré que sea su culpa -dijo-. Esto fue asunto mío.

La directora volvió a pasar y le pidió a Oliver que esperara afuera, antes de irse nos lanzó una mirada a ambos. Terror, así es, no estaba equivocada.

-Entonces -la directora colocó sus manos sobre el escritorio, se quitó las gafas y nos miró-. ¿Alguno va a decirme cómo es que una clase de literatura se volvió una clase de boxeo?

-Fue mi culpa -se adelantó Jacobo.

-No es cierto, yo golpeé a Candelaria -refuté.

-Pero yo golpeé a Samuel primero.

La directora miró a Jacobo y éste cerró los ojos y se cubrió el rostro con las manos.

-Candelaria y Samuel se estaban besando en la clase.

-¡Ana! -pero no hice caso.

-No sé si usted lo sabe, supongo que lo sabe -continué-. Candelaria y Jacobo fueron novios, pero ella rompió con él lo cual me parece una estupidez porque él es increíble en realidad pero ahora que lo pienso mejor Candelaria te hizo un favor al dejarte, esa chica está loca -dije mirando por un breve momento a Jacobo-. El caso es que Candelaria y Samuel se dieron un beso hoy porque sabían que Jacobo los iba a ver, seguro que usted no tiene la menor idea, pero ella es maquiavélica, es una terrible persona, solo quería lastimar a Jacobo y sus bobos amigos se prestaron a eso.

-¿Lo prometes? -Lo prometoWhere stories live. Discover now