Parte II: Metamorfosis

37 6 2
                                    

A veces, no dimensionamos el impacto de nuestras decisiones y acciones. Pensamos con inocencia que todo puede arreglarse hablando de manera diplomática y sin dañar a nadie. Creemos que la vida es sencilla, pero es todo lo contrario.

La muerte no es igual que la vida, tampoco es menos que ella. Es sólo un proceso que todos viviremos, porque somos seres vivos. Aquel que vive, debe prepararse a morir. Pero, el ser humano es el único capaz de morir de distintas maneras, debido a que es tan complicado vivir.

Inmortalidad. El anhelado sueño de la humanidad nunca será un regalo. Ver morir a tus seres queridos es una condena que nadie lograría aceptar o obligaría a perder todo rastro de humanidad. No existe algo mejor y peor que la capacidad de adaptación, algo que todos tenemos. Queramos aceptarlo o no.

La vida nunca será justa para los justos, ni para los puros. Eso es una utopía, porque toda acción tiene una consecuencia. Aquellos que quieran ser golpeados, serán dañados sin piedad por una sociedad individualista que mira su smartphone, en vez de preocuparse por tu estado.

El precio del desarrollo y el progreso consiste en que abandonamos nuestra humildad, compasión y empatía, porque las reemplazamos con el conocimiento, el supuesto amor hacia lo material y las religiones que predican la paz, pero realizan atrocidades a espaldas de todos.

Cada acción, nos pasará factura. No importa el dónde o el cuándo. Mucho menos, importa el cómo y el por qué. El karma hace su trabajo de una manera horrible o positiva. Morir es algo negativo, pero no para quien lo desea y no es capaz de hacerlo

Aquella reflexión tan profunda marcó a Vincent Peterson, al entrar a Necrotia. El Reino de los Muertos lo esperaba para preparar su mente y cuerpo. Transformarse en algo que nunca pensó, para crear las bases de una revolución que marcará al mundo entero.

Diario de un Gato Negro: Las desventuras de VincentWhere stories live. Discover now