Capítulo 25: Heridas pasadas

19 2 1
                                    

10 de marzo de 2015.
Londres, Inglaterra.

Mírate ahí. Estás tan tranquilo jugueteando con tus pequeños retoños. ¿No sabes que ya no te pertenecen? En realidad, nunca te pertenecieron. Los hijos nacen y tú eres su guía hasta que tienen conciencia y vida propia.

Vince. ¡Vince! ¡Mírame! ¡Maldita sea! Me ignoras. Muy bien, querido. Tú te lo has buscado. Entro a la casa y veo una habitación con un espejo gigante que abarca media pared. Obviamente, no puedo observar mi imagen, pero si me puedo transportar a travéspara atrapar a Vince.

Veo que duerme plácidamente. Una mascota. Eso cree que es ahora. Saqué mis manos del espejo para atrapar a Vince y lo tomo para traerlo conmigo.

- ¡Qué demonios te pasa Celeste! Dejame vivir, quiero estar con mi familia. -me dijo el desgraciado

- ¡Familia! ¡Has dicho familia! No te confundas, gato. Tu familia es otra. Esos humanos no son tu familia. No son nada tuyo. ¡Mírate! Convertido en mascota. ¡Qué te pasa! No olvides tu verdadero propósito.

- ¡Basta! Dakota, ¿o ese no era tu nombre? Qué ya sé te olvidó que me has mentido -comenzó a alzar la voz.

- ¡Cállate! -exclamé dolida- no tienes el grado, ni el derecho de juzgarme. ¿Quieres saber porque estás aquí?

- Déjame en paz... -dijo VInce mirando hacia abajo.

- Vince, ¿quieres saber por qué? ¡Dilo!

- No quiero saber nada. Ya me hostigué de todo esto. Además, ser un gato no es tan malo - dijo ese gato testarudo y yo me molesté demasiado.

- ¿De qué demonios estás hablando? Te diré que hay muchas razones, para que no renuncies mi peludo e infeliz amiguito. Primero, pactaste con la santa muerte, ¿lo has olvidado? Segundo, si estás así, es por algo. Ya sabes de qué te estoy hablando o será que te estás acobardando. Para finalizar, ya no eres humano nunca lo serás de nuevo. Hay más puntos Vince, pero no tengo toda la noche.

Veo al gato algo desconcertado y pensativo. Pensé que no le importarían mis palabras, que eso sería un argumento más, solo eso. Estaba asumiendo que mi misión había fracasado, no obstante...

- Muy bien Dakota... Escucho -dijo Vince con los ojos llorosos y lo miré de la misma manera.

Celeste Blake

Diario de un Gato Negro: Las desventuras de VincentWo Geschichten leben. Entdecke jetzt