Capítulo 15: Humanos unineuronales

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3 de marzo de 2015. 
Londres, Inglaterra. 

Como odio a ciertos humanos insensatos. Parece un deporte, en un vertedero. Un armario lleno de mierda, pero tiene uno que otro tesoro que vale algo o mucho. Dicen que existen varios tipos de inteligencia, pero no se nota. Sólo veo una tropa de idiotas que caminan como hormigas. Lo que acabo de describir, es la humanidad en la que vives. La sociedad que depende de un celular, en vez de su memoria. Creen en lo políticamente correcto, sólo cuando les conviene. Dan ganas de mandarlos al vertedero. Se sentirían como en casa, junto con toda la arena de gatos de varias ciudades. 

Volví a la realidad, gracias a la Santa Muerte. Abandoné mi sueño, con el objetivo de velar por algo mayor. El peso de mis palabras será determinante. Celeste va conmigo a todos lados y me alegra estar en sus brazos, aunque me mira con mucho amor. Algo que me incomoda un poco, porque tengo en claro que no exisitiría nada entre nosotros. Tan cerca, tan lejos. Realidad, pareces un esperpento, ¿por qué me haces esto?

Detesto a la sociedad, volver a ver humanos unineuronales, carecientes de materia gris que, ni unidos harían sinapsis. El clasismo, la discriminación disfrazada de "buenas costumbres", injusticias provocadas por personas mediocres. Incluso, algunas personas están en contra de las vacunas sin argumento alguno. Los ignorantes son la verdadera plaga del mundo. Toman decisiones con una insensatez terrible. 

Lo siento, Celeste Blake. Pero, estoy muy enrabiado de ver tantas cosas que no me había dado cuenta. Creo que fue el peor momento de haber recuperado la cordura. Morir, convertirme... en esto. Es bastante jodido. 

Sin embargo, la realidad es la realidad. Sólo existe, al igual que nosotros. Existimos para velar por unos seres que jamás velarían por nosotros. Tendrían miedo de lo desconocido y la verdad es que no está mal. Mientras menos humanos unineuronales estén en nuestro camino, cumpliremos nuestra misión rápidamente.

Al fin, comenzaremos con nuestra revolución. No será nada de fácil, pues no sabemos cuántos gatos están dispuestos a morir. Será una disyuntiva fuerte, quizás a algunos les afecte mucho. Todo es muy ambiguo. El futuro es un río con varios recorridos y no tengo el mapa.

Vincent Peterson.

Diario de un Gato Negro: Las desventuras de VincentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora