Capítulo 11: Amarga bienvenida

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20 de enero de 2015
Palacio de Necrotia
Reino de Necrotia

Los prisioneros de Kaurwick me miraban con desprecio, al ser liberado de aquel lugar lleno de desesperanza, tormento y dolor. Las celdas frías y oscuras harían enloquecer a cualquier alma. Así que, los comprendo y no los juzgo, pero... ¡estoy libre y ustedes no, hijos de puta!

Aunque Celeste me haya mirado feo, tenía tantas ganas de decirlo que no puedo ocultar mi emoción. Pero, creo que toda esa alegría y anhelos de libertad serían opacados por el inicio de una misión vil y despiadada.

Al caminar hacia Necrotia, encontré a varias almas que me miraban con desprecio y otras con curiosidad. Querían saber, si yo era real o una ilusión. La verdad es que nada de ésta mierda es una utopía. Me encantaría despertar, pero no puedo y me duele que todo sea de ésta manera.

Los guardias me estaban esperando a cada lado de las puertas del reino. Para mí, era un aire familiar e inexplicable. Ser elegido por la reina de los muertos no es algo digno de halago, sino es una incertidumbre compleja y que puede erizar la piel de las almas más fuertes.

Llegué al palacio y había más seguridad, que la primera vez. Algo me decía que me eligieron para una misión importante. Desconocía cuál era, pero la mirada de Necroty lo decía todo. La tristeza y la nostalgia eran algo que podías notar a kilómetros de distancia, pero estaba acompañada por Celeste Blake.

La reina de los muertos caminó hacia mí y me pidió que pasara al palacio. A simple vista, el lugar era hermoso, lleno de luces y cuadros pintados con roca volcánica. Nunca imaginé que existiera un lugar como éste, pero cada detalle era más aterrador, que el anterior.

Necroty ordenó que durmiera en la habitación de Celeste Blake y no emitió una palabra mas. Notaba la cara de preocupación de ambas, pero decidí limitarme. Acompañé a la sacerdotisa, subí a su cama y dormí con ella.

¿Sabes? Estoy empezando a sentir algo y es inevitable. Desconozco si mis sentimientos tendrán una repercusión...

**Nota de Celeste Blake: Lo siento, Vincent. No puedo amar a nadie más, porque la sentencia de ambos sería la muerte...**

Diario de un Gato Negro: Las desventuras de VincentWhere stories live. Discover now