Capítulo 30: Lágrimas de dolor

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13 de marzo de 2015
Palacio de Necrotia
Necrotia

Celeste me despertó de mi pesadilla que, afortunadamente, acabó. Pero, ya no era la misma conmigo. Me dijo que debíamos ir a Necrotia, porque la situación había cambiado. Le pregunté por qué, si quería ver a mi familia y estar en mi casa para iniciar con la revolución. Pero, respondió que el mensaje de Necroty era importante. Asumí que algo importante pasaba y debíamos cruzar el portal al reino de los muertos. 

Al cruzar el Limbo, Limker se acercó a nosotros. Fingía una sonrisa, para que no me preocupara de nada. Pero, lo hacía de una manera macabra, por lo que no me daba tanta tranquilidad que digamos. Todos actúan extraño, como si me estuvieran observando. ¿Huelo mal? ¿Tengo paso en mis colmillos? ¿He ganado mucho peso o estoy muy flaco y piensan que me voy a morir? Fuera de broma, creo que tiene relación con la pesadilla.

Celeste me tomó en sus brazos y volvió a ser la de siempre. No podía ser tan dura conmigo, pero sentí cómo sus lágrimas mojaban mi pelaje. Decía que no me alejara de ella, pasara lo que pasara. Respondí que siempre estaré con ella, porque ha sido una gran persona conmigo y nunca la abandonaría. 

Cuando llegamos al Palacio de Necrotia, la Santa Muerte nos esperaba en la entrada. Dijo que éste sería mi nuevo hogar, algo que no quería. Me rehusé a hacerlo y exigí que quería ver a mi familia. Además, quería explicaciones de por qué no me dejaban en Londres para sentar las bases de la revolución. No obstante, Necroty y Celeste evitaron mis exigencias. No querían que volviera al mundo exterior, porque todo se tornó peligroso.

Entonces, les dije que con mayor razón debía ir, para ayudar a mi familia. Pero, las lágrimas de Celeste me helaron la sangre, por primera vez, desde la muerte de mis padres. Entramos a mi nueva habitación y Necroty cerró la puerta por fuera.

-Vincent. Ven aquí, por favor. Quiero que sepas que todo es por tu bien. No hacemos nada en vano, ya que existen razones de peso para hacer esto. 

-Celeste, sabes que mi familia es lo primero. No debo dejarlos solos, porque puede suceder algo imprevisto. Mis hijas pueden llorar, buscarme, pegar carteles, como antes de mi desaparición...

-Vince... Tu familia está muerta... -dijo Celeste con los ojos llorosos.

-No... No, no, no... ¡NO! ¡NOOOOO! ¡MIENTES!

-Lithkara mató a tu familia y... quebró sus núcleos. No hay manera de regresarlos a la vida, como Necroty lo hizo conmigo. No pude hacer nada, el incendio fue espontáneo y el calor las pulverizó -comentó la sacerdotisa con lágrimas en sus ojos.

- ¡QUIERO VER MI CASA! ¡DEBO IRME DE AQUÍ! ¡QUIERO MATAR A ESA HIJA DE PERRA!

- ¡No sacaremos nada! ¿Qué quieres? ¿Qué te maten? -dijo Celeste para hacerme entrar en razón.

- ¡SI ESO SIGNIFICA QUE PUEDO IRME CON ELLOS, LO HARÉ!

-Vince. No vas a salir de aquí. ¿Me escuchaste? No así... 

- ¡CELESTE! ¡DÉJAME IR! ¡CELESTE! -la sacerdotisa salió de la habitación y cerró la puerta con llave, mientras el enojo había desaparecido y me invadió un profundo dolor...

Vincent Peterson

Diario de un Gato Negro: Las desventuras de VincentWhere stories live. Discover now