Capítulo 14

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Visitamos los museos de Kremlin, ella iba de un lado a otro tomando fotos y por un momento pensé que nos arrestarían, debido a que estaba totalmente prohibido tomar fotos. Debo ser muy blando con ella, porque terminé por cubrirla hasta que terminamos el recorrido. Fue incómodo que un sujeto le estuviera viendo el trasero cuando ella se daba la vuelta para ver las estatuas, en especial porque al parecer iba con su novia. Debido a eso rodeé a Evangeline por el cuello, le planté mimos en sus mejillas y la abracé con fuerza mientras miraba con recelo al sujeto ese. Creo que entendió que conmigo no debía meterse porque se asustó y dio la vuelta.

Volví a tomar mi compostura y me crucé de brazos, siguiéndola a donde ella quería ir. No sé si sea solo ella, pero parece que la gente de Inglaterra es bastante energética... siempre escuché que eran muy elegantes, pero esta chica de lo último que se preocupa es de su elegancia, ¿Por qué lo digo? Brinca de un lado a otro, me arrastra literalmente si ve que le pierdo el paso y contrario a mí, intenta charlar con algunos turistas.

No me parecía mucho la idea de llamar a un guía, así que yo mismo le expliqué algunas cosas que sabía de dicho museo, quizá no venga mucho por aquí pero mis lecciones en historia no son inútiles. Después de una eternidad finalmente salimos.

—Tómame una foto aquí, por favor

Me dio su celular y posó frente al museo. Estaba por tomarle una foto, cuando se movió y me miró sonriente.

—Anda ven, tómate una foto conmigo

—Eh... ¿Una foto?

Asintió y yo dudé.

—Pero yo no soy fotogénico

—Anda, no te cuesta nada ¿sí? —me miró con ojitos de borrego, la miré avergonzado y ella vino corriendo hacia mí

—Ug—digo haciendo una mueca—Pues ya que, a ver...

Con el museo detrás de nosotros, ella insistió en tomar no una, sino innumerables fotos. A pesar de ser modelo, no me considero una persona fotogénica. Cada que ella presionaba su pantalla, la miraba determinadamente y luego negaba con la cabeza.

¿Lo ves Evangeline? No soy fotogénico pero tú sí que sales bonita.

No sé porque se cuestiona tanto, incluso si no le gustan las fotos por ella, alguien debería decirle que es muy atractiva y tierna, yo no porque... pues, de mi parte quizá se ría y no me tome muy en serio.

—¿Ya terminaste? Dijiste que una, si querías una sesión de fotos me hubieras dicho

—Una última y ya ¿ok?

Lleva diciendo eso desde hace diez minutos. La miré por un momento y luego suspiré con pesadez.

—La última Evangeline, no más

—De acuerdo

Tardó un buen rato en escoger una pose, yo solo hice la misma cara que en las anteriores y finalmente tomó la foto. La analizó con mucho cuidado, pero yo la vi a ella y reí en mis adentros, ¿cómo era posible que su torpeza me pareciera tan divertida y tierna? No lo sé, ella es una persona muy curiosa.

—He escuchado que las niñas, cuando no les gusta una foto, pero si ellas salen bien y las demás personas no, la suben a sus redes sociales ¿es cierto?

Volteó para mirarme y sonrió traviesa, guardando su celular. ¡Aleluya! al fin le gustó una de mil fotos.

—Creo que incluso los niños hacen eso ¿Tú no?

—Chris siempre se toma fotos y las sube en su perfil de Instagram, es como tú, si no le gusta toma más y más, así que supongo que sí aplica... Aunque también sube fotos ridículas, pero bueno, depende de la perspectiva que lo veas.

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora