Capítulo 23

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En lo que fue del día, solo terminé mis deberes y aunque bromeaba con Dan no dejaba de pensar en sus palabras. Si lo pienso ahora he dado más pasos de los que debí dar con Evangeline, en un principio pensé que sería fácil si fingíamos ser novios, después romper públicamente frente al resto y así conservar mi reputación intacta y el bienestar de ella... pero, después de todo el tiempo, de las risas, de los accidentes torpes... después de todo eso...

Ahora me es difícil imaginarme estar sin ella.

Suspiro. Espero no verme dependiente, sino dichoso por haberla conocido.

—Pues, ya quedó todo —dice Dan, suspirando cansado — si ayudarte en el baño no es de amigos entonces no sé que lo sea

—Gracias, casi me vomito ahí dentro

Ríe y zafa sus guantes mientras caminamos hacia el cuarto de intendentes.

—¿Harás algo ahora? —pregunta curioso — ¿Vas a comer?

—No, tengo hambre pero tengo cosas por hacer

—Oh, miau... —dice pícaro — entonces ve a hacer esas cosas

—¿Gracias? —abro la puerta del cuarto, enciendo la luz y dejo cada cosa prestada en su lugar — Dan... ¿Puedo pedirte un favor?

—No voy a decir nada si eso es lo que vas a pedir —responde encogiéndose ligeramente de hombros y acomodando los trapeadores

—Te lo agradezco entonces...

—Tengo que admitirlo, me siento muy satisfecho por ser la primera persona en ver este cambio tan radical en ti... ya sabes, todos te dicen hielo andante y no eres más que un minino esponjoso y pequeño

—Realmente no sé si aceptar eso como un cumplido... pero, si tú lo dices está bien

Él se limita a regresarme esa sonrisa un tanto cretina, pero sincera.

—Me retiro Dan, tengo prisa

—Nos vemos Alex, ¡Procura hacer caso a mis palabras!

~*~

Cuando iba de camino a las aulas, me topé con Dasha. Lo primero que hice fue saludarla y luego preguntarle por Evangeline, pero ella me dijo que no la había visto en toda la tarde.

—Melenkov, buenas tardes —dice Sharon mientras camina hacia los dormitorios

—¡Sharon! ¡Sharon!

Me mira sorprendida.

—¿Qué sucede?

—¿Has visto a Evangeline?

—¿Evangeline? Mmm... —coloca su dedo índice en sus labios y mira hacia arriba, pensativa, luego de eso voltea a observarme —no...

—Ah...

—Peeeeeero, estoy muy segura de que ella no está aquí en los dormitorios, si quieres puedes esperarla ¿No?

—Ciertamente... —sonreí — gracias

—No hay de qué, nos vemos —se despide amablemente moviendo su mano y siguiendo su camino

Miro mi teléfono, exactamente las siete de la tarde. Mientras la espero, juego con mi celular, checo algunos mensajes e incluso reviso mis fotos, me recargué sobre el muro de la entrada mientras escuchaba música y divagaba en mis pensamientos. Revisé las "Notas" de mi celular que he estado escribiendo en mis ratos libres desde que he conocido a Evangeline, antes sólo escribía ideas sobre canciones y recordatorios de comprar comida, pero ahora tengo una página sólo para ella.

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Where stories live. Discover now