Capítulo 28

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Mientras una de las señoritas se tomó la molestia de enseñarme el colegio y la residencia, me sorprendí mucho cuando pasamos por una zona que tenía una apariencia de establo.

—La oración es uno de los actos más bonitos que puedes hacer por una persona Alexander, sea creyente o no, considero que es un gesto amable que puedes hacer por alguien, es como... pedir un deseo muy grande para esa persona

Permanecí callado, sin quitar la vista de aquel establo.

—Puedes hacerla a cualquier hora, pero es aún mejor cuando esa persona está a tu lado

—Entonces ya no es posible —musito con seriedad

—¿Por qué no? —me observa de reojo

—Mamá ya no está... no puedo orar

Ella guarda silencio y en medio de un suspiro habla.

—Pero ella escuchará hijo, aunque no esté presente... recuerda, la gente solo muere cuando la olvidan, ¿qué hay de tu padre?

Me limité a guardar silencio, creo que ella ya percibe que la situación en casa no es nada agradable. Agradezco que no me obligue a responderle.

—Bueno, mientras tengas a las personas frente a ti y mientras haya una mínima posibilidad de demostrarles cuánto las quieres, entonces hazlo ¿si? No viene mal recordarles, aunque sea un par de veces lo mucho que significan para ti

—...

—Alex, sé que eres un chico bastante callado, ¿Pero en serio no hay nada de lo que quieras hablar? Desahogarse siempre es bueno, alivia muchas penas

—No, señorita...

—¿Seguro?

Asiento. Ella se limita a suspirar con pesadez, me observa indefinidamente y esboza una sonrisa. Pareciera preocupada, pero igual sabe ocultarlo bajo esa curva en su rostro.

—Y por aquí —señala el establo — tenemos a nuestros adorables animalitos, esta sección se hizo especialmente para enseñarle a tus compañeros y a ti lo maravilloso que puede llegar a ser la convivencia entre animales y humanos

Guardé silencio, contemplando al par de ovejas, una vaca y un caballo.

—¿Sabes Alexander? —dice en un hilo de voz — personalmente pienso, que no hay seres más maravillosos que los animales... la compasión, el altruismo... todo aquello está perfectamente moldeado en seres tan magníficos como ellos

No es algo para debatir. Es más que obvio que los animales tienen más alma que los propios humanos. Tampoco se puede generalizar, hay personas que dan sin esperar nada a cambio y por lo general... esas personas nobles, en ocasiones no reciben el amor que se merecen. Por eso siempre me he encargado de disfrutar plenamente a mis abuelos, hacerles saber que los quiero, ya que ellos son de esas pocas personas maravillosas. Abrí los ojos de par en par al ver a un perro gigantesco blanco amarrado.

—¿Por qué él no es libre? —pregunto señalando al enorme canino —¿Qué raza es?

—Sí que lo es, pero no en las mañanas... y es el hermoso gigante de los pirineos

—Ya veo...

—Deben gustarte mucho los perros

—Prefiero a los gatos

Ella me mira extrañada.

—¿Y a qué se debe eso? Siempre he escuchado que son desleales e incluso los niños prefieren jugar con cachorros

Me encojo de hombros. El ser humano tampoco se diferencia de ser desleal. Los gatos tienen ese aire misterioso, lúgubre y encantador, la curiosidad puede ser su talón de Aquiles, pero eso no les quita su encanto. Los tachan de desleales, pero la realidad es... que un animal tan misterioso y solitario como lo es el gato, no sería lo que es si siempre estuviera junto a alguien.

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Where stories live. Discover now