Cuatro🍃

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Respiró profundamente una última vez y utilizó todas sus fuerzas para poder cargar la pesada bolsa de basura. La levantó, y lo más rápido que pudo, la metió dentro del gran contenedor. Esa fue la última, así que ya podía irse.

Quitó su guante de la mano izquierda y con delicadeza masajeó los músculos de sus adoloridos hombros que ya lo estaban matando. Cuando llegara a casa, estudiaría mientras cenaba y luego se daría una relajante ducha para poder dormir mejor.

Hacer esos turnos extras no sólo le servía por la paga, sino porque así podría darse el lujo de faltar un día por si algo grave ocurría. Aunque a Jin le gustaba trabajar por lo que no creía que los necesitara.

Guardó sus guantes en el bolsillo del delantal y del mismo, pero de otro bolsillo, sacó un pequeño pañuelo para secarse el sudor para después adentrarse nuevamente al local.

—Ya terminé Sung Jae—Le habló al muchacho rubio que terminaba de limpiar el mostrador—¿No hay nada más que hacer?

—No, eso es todo Jin. Muchas gracias por ayudar a mi tío, enserio. Me gustaría ayudarlo yo también, pero la universidad me tiene muy ocupado.

—No agradezcas tanto, aunque estoy encantado de ayudarlo recuerda que también es mi trabajo.

—Sí, pero nunca vi a alguien tan comprometido—Le sonrió—Ve a cambiarte, nos vemos mañana.

—Que tengas buena noche—Se despidió.

—Igualmente.

Pasó a los vestuarios y cambió su camisa del trabajo y su (ya necesitado de una lavada) delantal por una camiseta gris y colgó su abrigo en su antebrazo. Guardó sus cosas en su casillero y lo cerró. Agarró su mochila y sólo le quedaba pasar por la oficina del señor Shin para despedirse.

Caminó por el pasillo y una vez en frente de la puerta de madera clara, estuvo dispuesto a tocar, cuando unas voces provenientes del interior lo detuvieron.

—Lo siento pero no puedo darte ese dinero

Era el señor Shin. Por su voz, pudo notar que parecía un poco decepcionado.

—Cielos...Ya es la tercera vez en el año Nam. Sé que tienes tus años trabajando aquí, pero si continúo así mis empleados creerán que soy un cajero automático y...¿me entiendes no?

—Comprendo, sólo que yo...

"¿El alfa estúpido? ¿Trabaja aquí?"

Seguramente era ese empleado del que siempre escuchaba a sus compañeros hablar pero nunca pudo conocer. Algunos decía que era el mejor de todos. Siempre que le encargaban un trabajo lo hacía en minutos y dejaba a los clientes satisfechos. Ya sea en la atención del lugar, ayudar en la cocina o limpiar los baños, él siempre lograba destacar.

Otros, decían que era un inútil sobrevalorado que se aprovechaba de la amabilidad del jefe.

Jin no podía juzgarlo en el ambiente de trabajo puesto que no había convivido con él en ese aspecto, pero simplemente esperaba que no fuera como en la escuela.

—No...no es nada

Decidió esperar a que terminaran, por lo tomó asiento y buscó su celular en el bolsillo de su abrigo. El mismo no estaba, y Jin estaba más que seguro de que lo había dejado en su casillero.Suspiró cansado puesto que ya quería irse a casa y se levantó pesadamente en dirección al cambiador.

Tardó unos minutos en encontrarlo puesto que estaba en un bolsillo del delantal que quedó debajo de todo lo demás que había guardado. Una vez listo, ahora sí, se puso su abrigo y revisó las notificaciones de KakaoTalk en el umbral de la habitación.

Good Morning, NamWhere stories live. Discover now