Cuarenta y siete🍃

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El timbre de la hora del almuerzo ya había sonado ese martes, así que mientras sus amigos –a los que aún no había visto pero no podía esperar a contarles todo- buscaban una mesa, Jin estaba en su casillero dejando sus libros y buscando otras cosas.

La pura felicidad estaba plasmada en su cara. Y es que desde que comenzó a salir con NamJoon, sentía como si todo fuera color de rosas. Tenía a alguien con quien compartir sus inseguridades y hasta malos hábitos, a quien poder abrazar y darle todo su cariño en esos días especiales en los que quería abrazar a todos. La mejor parte, es que lo que él le daba, sentía que el alfa se lo devolvía multiplicado por cien.

Se había armado un chismorreo acerca de la nueva relación, donde algunos no lo crearían hasta que los vieran juntos y otros deducían qué desgracias iban a pasarle a la pareja.

A la gente le gusta hablar de las relaciones de los demás como si las conociera.

Cuándo menos se lo esperó, una mano se posó en su cadera y el calor del pecho contrario en su espalda por la cercanía le hizo dar un leve respingo. Pero al sentir un pequeño beso en su cuello y ese fuerte aroma que le encantaba las mariposas subieron desde su estómago como la espuma de un refresco al ser servida en un vaso.

—Hola Rosita—Susurró su voz ronca en su oído para después separarse.

—NamJoon...—Dijo con un jadeo y sin dejar de sonreír—Ya nos vimos hoy, no hace falta que saludes

Aunque para ser francos, era la primera vez que lo hacía "públicamente" en el pasillo de la escuela, y de cierta forma le encantaba que todos vieran al dueño de sus sonrisas.

—Si...esto, tienes razón—Puso ambas manos en los bolsillos de su pantalón ocultando sus nervios—Yo...quería preguntarte algo...

—¿Si?

Sin darse cuenta estaba batiendo esas adorables pestañas que lo hacían verse más hermoso a los ojos del rubio.

—Verás, si no tienes nada que hacer éste viernes...—Entre tanteos sacó algo del bolsillo de su pantalón—Tengo un cupón para un ramen gratis...y...ya fui a ese lugar antes, y los tazones de ramen son bastante grandes así que creo que estaría bien para ambos. Digo, a no ser que que quieras comer más...u otra cosa, ¡No estoy diciendo que sea malo! Gustos son gustos ¿sabes?

El omega sólo lo miró de medio lado con una pequeña sonrisa, esperando a que el mayor dejase de divagar tanto.

—El punto es que....

—Me encantaría, Namie

Se acercó para dejar un casto y dulce beso en la comisura de sus labios para después retirarse hacia la cafetería.

—¿A qué hora paso por ti?—Exclamó hacia el castaño luego de salir de su trance

—¡A las siete!—Respondió

El rubio dibujó una media sonrisa en sus labios, luego bajó su mirada a sus manos donde el castaño le había dejado un pequeño recipiente con comida y un post it pegado que decía:

"Espero que te guste, lo hice pensando en lo de la otra noche. Te quiero"





[. . .]

Hablaron durante la semana para arreglar "detalles", aunque no había mucho por arreglar cuando se habla de salir a comer ramen.

El omega estaba extrañado por la repentina separación de sus amigos. Había veces en las que compartía mesa con Taehyung y Jungkook sin Jimin, o con el pelirosa sin los otros dos. En verdad que estaba preocupado, pero Namjoon se hallaba ocupando cada espacio de su mente que no se creía con la capacidad de poder pensar en algo más. Así que ya investigaría más a fondo el fin de semana.

Good Morning, NamWhere stories live. Discover now