Veintidos🍃

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Luego de unas tres intensas horas de explicaciones, estudios y práctica. El alfa había terminado recostado en el sillón con un libro cubriendo sus ojos mientras dejaba a Jin hacer una ecuación por sí mismo. Era increíble haber tenido que explicar como hacer una ecuación desde cero para pasar a las de segundo grado.

—Lo hice...¡Termine!—Exclamó, girándose hacia NamJoon mostrándole su cuaderno—¡Mira, NamJoon! ¿Está bien? ¿Está bien?

El rubio dio un respingo ante las exclamaciones del omega y se apoyó sobre su antebrazo derecho mientras que con la mano izquierda sostenía el cuaderno mirando el ejercicio de matemática. Miró los número y luego los ojos del autor de los mismos, una y otra vez.

Suspiró cansado y por un momento Jin perdió sus esperanzas de haber empezado a dominar el tema.

—Felicidades Kim, haz resuelto tu primera ecuación de segundo grado—Felicitó sentándose.

El nombrado dejó salir el aire del que no fue consiente, retenía, y se apoyó en la mesa ratona donde estaba sentado entre la misma y el sillón. Levantó sus brazos y se estiró un poco para despabilarse, luego se puso de pie.

—Hice galletas antes de que llegaras, traeré algunas. ¿Quieres algo de beber?

—Haz lo que quieras, rosita—Contestó sin importarle en lo absoluto a la vez que recogía sus cosas.

El omega bufó y pasó al cuarto de la cocina. Mientras, NamJoon miró nuevamente cada detalle del lugar, recayendo su vista en la fotografía enmarcada de una mujer que lucía un bonito pañuelo verde en su cabeza y una sonrisa despampanante. Eso sólo lo hizo recordar su miseria y empezó a sentirse ansioso, necesitaba fumar.

Buscó la caja que siempre llevaba con él en varios de los bolsillos de su ya casi destruida mochila. No recordaba bien donde los había guardado y eso empezó a desesperarlo más, pero por suerte la encontró. Dejó salir un suspiro de alivio y sacó un cigarrillo llevándolo a su boca, luego buscó el encendedor en el bolsillo de sus jeans.

—¿Qué haces?—Preguntó Jin autoritario llegando con una bandeja y dos vasos.

—Creo que es algo un poco obvio—Respondió con el cigarrillo en su boca a la par que el omega se acercaba a dejar la bandeja.

Cuando estaba a punto de encender el cigarro, el encendedor fue separado de sus manos.

—¿Qué es lo que haces?—Dijo enojado

—Creo que es algo un poco obvio—Le respondió con sus mismas palabras—No vas a fumar en mi departamento, dejarás olor a cigarrillo por todos lados—Se sentó encabezando la mesa ratona, justo en frente de donde dejó la bandeja.

—Déjate de otra de tus bromas de mierda—Intentó quitarle el encendedor pero falló.

—No es una broma de mierda—Guardó el encendedor en el bolsillo de su pantalón—Tu no serás el que después tenga que hacer magia para que el olor se vaya

NamJoon lo miró unos segundos con una expresión de fastidio.

—¿Alguna vez te han dicho que nunca es bueno tener sólo uno de algo?

Sacó otro encendedor del bolsillo contrario y lo encendió. Sin embargo esta vez, le fueron quitados tanto el encendedor como el cigarrillo en su boca.

—¡Oye!—Se puso de pie junto con el castaño

El omega caminó hasta su cesto de basura, pisó la palanca y tiró el cigarrillo. Luego se giró y miró autoritario al alfa.

Good Morning, NamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora