Cuarenta y ocho🍃

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Con ambas respiraciones aún erráticas, Namjoon depositó suaves besos sobre los labios de Jin mientras acariciaba desde el inicio de su cintura hasta el final de la cadera desnuda, haciendo círculos y volviendo a comenzar. Deleitado de la curva que había entre ambos, así también de lo cómodo que era como para ser tomada por sus dos manos.

—Todavía tienes puesta la camisa...—Bromeó el omega, sonriendo después de su sesión de besos.

—¿Te gustaría verme sin ella?—Sonrió socarrón el contrario.

A lo cual, el castaño asiente y Namjoon cumple lo pedido, retirando la prenda que tenía desabotonada. Siendo la única pieza de tela que cubría su cuerpo; contrario al omega que se encontraba completamente desnudo.

Ya más cómodo, se recostó permitiendo a Jin recostarse en su pecho.—Ésta sí fue una buena primera cita—Comentó jugando con el dije del collar de su pareja.

—Pero ya hemos tenido muchas citas antes—Respondió haciendo referencia a aquella vez que lo molestó durante el almuerzo.

—Tonto

Fue su única respuesta para después reír ambos. Estuvieron en silencio unos minutos acariciándose en la oscuridad, solo con la leve luz que entraba de entre las cortinas y de la puerta semi abierta.

Jin se entretuvo pasando de tocar el pecho del rubio a su dije y sucesivamente, pensaba en todo lo que había pasado para que al final terminaran así. Desde la primera vez que Namjoon le habló, hasta la primera vez que lo besó.

—Namjoon—Susurró, ya que había dejado de sentir sus dedos acariciar su cintura—¿Estás despierto?

—¿Qué sucede?

—Sólo quería hacerte una pregunta

—Dime

—¿Recuerdas ese día...que encontré tu collar?

Automáticamente, Namjoon llevó su mano derecha hacia el mismo, tomando de paso la delicada del menor. Jin subió la cabeza para verlo.

—¿Por qué te estaban persiguiendo?—Inquirió aunque ya sabía la razón—Tú habías...

—No fue mi plan desde el principio—Lo interrumpió—Iba a pagar, pero...no...tenía suficiente...

—Así que lo robaste...—Completó el relato.

Hubo un incómodo silencio de unos segundos.

—No me vas a odiar por eso ¿Verdad, Rosita?—Buscó su mirada, estaba clavada en la ventana. Al oírlo, volvió a subir la cabeza.

—No, claro que no. Sólo...me pone realmente triste que hayas tenido que pasar por eso.

—¿Por qué? No es tu culpa que éste tonto no sepa cuidarse a sí mismo—Bromeó. Aunque fue el único en reír.

—Aún así...—Lo abrazó más fuerte—No vas a tener que pasar por algo como eso jamás, no mientras yo pueda evitarlo.

—Hey, se supone que eres mi novio, no mi cuidador personal—Volvió a bromear para aligerar el ambiente—Así que compórtate como tal.

—Sólo por ser tu pareja ¿Significa que no puedo cuidarte? Eso sería ser un mal novio...

—No me refiero a eso, eres increíble. Pero no quiero que sientas la obligación de tener que alimentarme.

—¡Pero me gusta hacerlo! Además, prometí cuidarte...

Namjoon miró hacia aquellos ojos color chocolate que apenas podía distinguir por la poca luz, aún así logró identificar el inconsciente puchero que Jin estaba haciendo. No se rehusó a besarlo; no una, sino varias veces. Tantas que hasta perdió la cuenta, pero tuvo que darlo por finalizado cuando el aire le hizo falta.

Good Morning, NamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora