Capítulo 7

26 3 1
                                    


(Hypnotize-System of A Down)

Sigo horrorizado.

Mi taza de café ha estado sostenida en mi mano izquierda durante tanto tiempo que mi brazo se ha adormecido. Mi mano derecha, al mismo tiempo, se encuentra posada sobre mis labios, cubriendo mi boca abierta con su palma, conteniendo un grito atorado en mi pecho.

Las pantallas resplandecen en mi rostro una vez más y veo lo mismo: abnegados muriendo, osados matando.

Osados matando. El flash-back de mi sueño se intercala con lo que mis ojos ven y eso no hace más que empeorar mi reacción.

Es inevitable pensar en ella.

No había pensado en Celeste ni nada referente a Osadía desde hace mucho tiempo hasta que esta mañana tuve ese sueño, y todo este caos empezó. En este momento, su imagen mental, distorsionada por mi sueño, está presente en cada segundo que sigo observando esas pantallas.

La primera pantalla, la que se encuentra a menor distancia de mí, revela la escena que ocurrió hoy en la mañana, empezando con la matanza y acabando con los rostros de los osados, confundidos y horrorizados, como si no supiesen dónde se encontraban y qué habían hecho. La segunda pantalla, por su parte, muestra lo que está ocurriendo en estos instantes: los miembros de Osadía están dispersándose en diferentes direcciones. Un enorme grupo de ellos que se dirigía hacia el norte ya ha desaparecido. El resto se moviliza sin ninguna dirección en especial.

Imaginarme a todos esos abnegados muriendo me oprime el corazón. Más allá de cualquier pena, lo que siento es devastación. Podría haber pasado algo similar en Verdad. Mis compañeros de facción, sin habilidades sorprendentes para defenderse, podrían haber recibido esas balas.

Esto es horrible.

¡Ellos no merecían eso! ¡Esas pobres personas han sido asesinadas sin ninguna razón! ¿Cómo pudieron hacerlo? ¿Qué hicieron los abnegados para que los odiaran tanto?

¿Qué tal si...?

Otra vez.

Después de tanto tiempo, esa idea vuelve a perseguirme.

No, Luhan.

No pienses en eso otra vez. No vale la pena.

Resoplo de golpe.

Volvamos al presente.

Bajo mi mano derecha. Volteo y me alejo de las pantallas.

La tertulia de los veraces ha estado todo este tiempo detrás de mí, esperándome.

Las mesas están atiborradas de hombres y mujeres con trajes blancos y negros, algunos con un cigarro en la boca, pero todos captando las imágenes con diferentes emociones, todas palpables a la vista: horror, sorpresa, preocupación, indiferencia. Todos hablan, exclaman y murmuran al mismo tiempo, y discuten diversos tópicos dentro del marco de lo acontecido. No hay una voz más fuerte que otra, pero siempre hay alguien que dirige la conversación, en el mismo instante en que los demás admiten o desmienten alguna de las hipótesis planteadas. Hay inspiración y cuestionamiento en todo lo que hablan.

Esta es la vida diaria en el Mercado del Martirio.

No obstante, hoy todos están con ánimo de despotricar.


—¡Lo sabía! ¡Sabía que los de Osadía estaban completamente locos!

—La verdad es que decir locos implica algo más que un simple análisis visual...

La VengadoraWhere stories live. Discover now