Capítulo 17

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Todo iba bien.

Aun cuando me vi obligada a contarle a Blas y Becca sobre lo que pasó y ser parte de su nueva comidilla de bromas. Aun cuando intento ignorar el hecho de que algunos veraces parecen saber qué está sucediendo entre Luhan y yo. Aun cuando tengo pesados turnos en la Sala de Control, recompensados cuando regreso a su pieza y pasar unas cuantas horas con él. Aun cuando Killer ya no me dirige la palabra y mantiene su distancia, dedicándome miradas de desaprobación. Aun cuando sé que en algún momento esta guerra va a terminar y mi relación terminará siendo efímera, como todas las demás. Aun cuando todavía no he superado mi duelo por completo e intento volver a sonreír, tal como Toris hubiese deseado.

A pesar de todas esas complicaciones, durante estas últimas semanas, todo iba bien.

Hasta que llegaron ellos.

Esta mañana, Tris Prior y Cuatro arribaron a la Sede de Verdad. Mis amigos y yo estábamos en el Punto de Reunión cuando un timbre largo y dos cortos dieron el anuncio de una nueva audiencia para hoy a las siete. Enterarnos de esto ha causado revuelo en nuestra mitad de facción, incluyendo a nuestro pequeño grupo.

Sin embargo, Killer —quien el día de hoy ha vuelto a nosotros, aunque todavía manteniendo su distancia conmigo— tiene otra preocupación.

—Dudo mucho que los veraces y los osados entremos todos juntos en las gradas.

Blas hace ademán de escupir.

—¿En serio, Kill? ¿Vienen miembros de nuestra facción y te preocupan las gradas?

—Solo decía. No es que la comodidad les interese mucho a los veraces —dice Killer, desinteresado.

—Obvio que no. —De repente, Blas me dirige una mirada con mucho significado—. A los veraces solo les interesa mover la lengua.

Pateo la pierna de Blas con disimulo, debajo de la mesa. Killer se ha dado cuenta de eso, ya que ha puesto los ojos en blanco.

—¿Qué hicieron ellos dos después de que terminó la simulación? —pregunta Becca, ofuscada— ¿Por qué no vinieron con nosotros desde el principio?

Tengo una respuesta.

—Estuvieron en Cordialidad.

Silencio de tres segundos.

—¿Y los echaron? —pregunta Killer. Sin mirarme a la cara, por supuesto.

Niego con la cabeza.

—¿No es obvio? Erudición atacó a Cordialidad. Ellos no tienen más a dónde ir.

Lo que acabo de decir tiene efectos desastrosos en mis dos amigos ex–cordiales.

—Dios mío. —Blas se tapa la boca.

—Malditos eruditos. —Becca empuña su mano derecha.

No quiero ni imaginarme lo que pudo haber pasado en esa facción.

*****

Mi grupo de amigos se encuentra con Luhan y su amigo Jacob cerca de la Sala de Audiencias, a veinte minutos de las siete. Ingresamos a la sala y no puedo evitar sentir un dejavú al hacerlo: puedo recordar el escozor que me causó el Suero de la Verdad y el vacío mental que sentí después.

Estoy comenzando a sentir pena por ellos.

Tal como dijo Killer, la sala mengua en asientos. Localizamos un espacio entre la línea que divide a los veraces de los osados y vamos directo hacia ahí. Termino sentada entre Luhan y Becca; Jacob se sienta detrás de Luhan, Blas al otro lado de Becca y Killer detrás de mí.

La VengadoraUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum