Capítulo 40

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—¿Lo hago? —pregunta Douglas.

Es una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar.

—Hazlo —digo, suspirando.

Douglas desactiva la seguridad que extrajo de las computadoras de Erudición y que servía para proteger las cámaras de Abnegación. Al hacerlo, Erudición volverá a tener dominio de ellas: sabrán de inmediato lo que les espera.

Pero no nos queda opción. Tenemos que dejar que tomen las medidas necesarias para salvaguardar a sus miembros.

Nos queda menos de cuarenta y ocho horas para reaccionar.

Blas, Becca, Killer, Jenny, Douglas, Luhan y yo nos movilizamos hacia la casa de los Lukasiak, y llevamos las tres laptops que hurtamos de Erudición. Las instalamos y comenzamos a indagar en todas las computadoras que están en mi antigua facción, en busca de algo útil. Douglas, Jenny yo estamos a cargo de la tarea informática, mientras que el resto está sentado en los sofás, tomando nota de cualquier dato importante que encontramos.

Todos están en silencio, hasta que Killer formula la pregunta del millón.

—¿Qué se supone que vamos a hacer con todo esto?

Al principio, nadie responde.

—En primer lugar —Jenny rompe el silencio—, definamos lealtades.

No todos toman de buena manera esa afirmación.

—¿Definir lealtades? —pregunta Becca, con estupefacción—. Apoyaremos a nuestra facción. ¿No es obvio?

Es sorprendente que, ahora, sienta que apoyar a Osadía no es una buena idea.

—Veamos el panorama completo —dice Luhan, con voz calmada—. Si nos acoplamos al plan de los Sin Facción y los Leales a Osadía, entonces ustedes entrarán a Erudición de nuevo a destruirlo todo y cuando digo todo me estoy refiriendo a lo que Erudición desarrolló para el beneficio de la ciudad, como las medicinas, los aparatos médicos, las máquinas...y el material humano, como los doctores y los maestros, por desgracia. Me temo que los de su bando no están pensando lo mismo que yo.

—Por eso es bueno tener un Divergente en el grupo —sonríe Blas.

—Luhan tiene razón —opino yo—. Sin Facción y Osadía no solamente quieren destruir a Jeanine. Para lograrlo, tendrán que pasar por una masa de eruditos y recursos maquinarias. —Suspiro con pesadez y continúo—. Sé que esto es horrible de escuchar, pero esta ciudad no podrá sobrevivir sin todos sus recursos.

—Escucha —interviene Becca—.Yo sé que esto es difícil para ti, para Luhan y para Jenny, pero ¿no te parece que esa es la única salida que nos queda? Si nuestro bando no detiene a Matthews y a todo su séquito, volveremos a ser títeres manipulables y más inocentes morirán.

—Alto —habla Jenny— ¿Quién dijo que no queríamos que atacaran a los líderes de mi facción? Eso es lo que todos queremos. Pero tengo que tomar como una constante verdadera lo dicho por mis ex–compañeros de facción: necesitamos la ciencia para nuestra ciudad y ese es un punto que los Sin Facción no están visualizando. Fue difícil para todos ustedes cuando ocurrió la simulación pero, créame: esas decisiones fueron tomadas y avisadas después de su realización. Ningún erudito con mente amplia dejaría que destruyeran un sector entero de una facción. Ustedes lo han visto cuando estuvieron conmigo adentro: no todos estamos del mismo lado. Hay gente inocente.

—También habían inocentes en Abnegación y Osadía —dice Douglas, con un dejo de cólera.

—¿Y matando a inocentes eruditos hará que todos aquellos que murieron vuelvan? —replica ella—. Disculpa si choco con alguna creencia espiritual, pero la resurrección no es para mí un acto verídico.

La VengadoraWhere stories live. Discover now