Capítulo 19

21 3 0
                                    

¿Cómo he podido ser tan idiota?

Hace solo unos cinco minutos, le dije a Luhan que me dirigía hacia la Sala de Control y que probablemente tardaría mucho tiempo. Le pedí que no me esperara despierto.

Si puedo hacer algo para evitar una nueva masacre, lo voy a hacer.

Cuando llego a la sala, hay dos chicos veraces sentados en las computadoras, quienes no me prestan atención. Tomo asiento, mientras pulso el botón de encendido de la computadora y, con mucha impaciencia, espero a que se prenda. Estoy tan ansiosa que mis dedos golpetean el mueble del teclado y mi pierna tiembla de forma incesante.

No dejo que pase más de un segundo después de que la máquina está totalmente encendida para dirigirme de inmediato hacia los procesadores de vigilancia.

Después de eso, me convierto en una máquina.

Pienso como una máquina.

Mis intentos por desbloquear las barreras informáticas que protegen los sistemas de Erudición no han tenido mucho éxito en estos últimos días, pero no puedo dejar que eso quede como lo que son: intentos. Mi necesidad acuciante de resolver este enigma, proporcionado por la formación que me impartió la facción de la cual me quiero vengar, está por encima de cualquier vestigio de cansancio.

Necesito saber cuándo y cómo.

Múltiples códigos aparecen en la pantalla, pero mi mente solo se enfoca en aquellos que pueden darme una pista acerca de cómo derrumbar los filtros de seguridad de mi antigua facción. Desarrollo un navegador invisible, de modo que pueda moverme sin preocuparme de ser localizada.

A pesar de mis intentos, mi búsqueda parece no tener un punto de término. Soy consciente que puedo pasarme toda la noche aquí y no me importa.

Luego de algunos intentos, consigo localizar algunas entradas a computadoras de Erudición, pero todas son de uso público. Aun así, me tomo el tiempo de revisarlas una por una.

Es medianoche cuando localizo un virus.

No es un tema de angustia para mí, pero evadirlo involucra tiempo. El virus parece detectar que soy un navegador fantasma, pero su existencia revela que estoy a punto de encontrar algo importante. Intento desviarlo hacia otra computadora y elijo una que se encuentra en Erudición. Surte efecto luego de treinta minutos.

Cuando el virus desaparece, una ventana pop-up salta a mi vista. Es un código básico que imprime una alerta con unas simples letras que solicitan ser completadas.

<buenopero>

Me quedo muda.

¿Es esto lo que creo que es?

Mis dedos palpan el material plástico del teclado, inseguros de cómo avanzar.

¿Es esto lo que creo que es?

Tengo que comprobarlo.

Escribo una continuación.

<noexcelente>

Al dar enter, la ventana desaparece y da lugar a una nueva. El fondo es de color negro y las letras, de color blanco, se tipean a sí mismas a gran velocidad. En un primer momento, el texto parece confuso pero luego descubro que cada línea que conforma el mensaje está escrita al revés.

Lenguaje espejo.

Solo conozco a una persona que usa ese lenguaje, además de mí.

La VengadoraWhere stories live. Discover now