Capítulo 9

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Celeste.

Es Celeste.

Es increíble que los rastros de Erudición son tan mínimos en todo lo que ella se ha transformado, incluyendo en su manera de habla. Recuerdo la forma en cómo ella apareció vestida en mis sueños, pero ahora caigo en cuenta que no tenía ni la menor idea de cómo ella luciría con prendas oscuras. Ya no luce recatada y dulce, como cuando la conocí en Erudición.

Pero lo más sorprendente es que mi sueño no la ha retocado con justicia.

Se ve...muy bien.

Más que bien.

Ethan me tira un codazo.

-Despierta, pendejo -dice por lo bajo-.Ya sé que la tía está buena pero no es para que babees.

Tengo unas ganas enormes de apuñetearlo. En vez de eso, me giro para darle la espalda.

Me concentro en ella. Su semblante es amargo y de su boca sale un gemido, pero solo se trata de los efectos del Suero de la Verdad.

-Muy bien -dice Niles, con tranquilidad, en el instante en el que toma asiento al frente de ella- ¿Cuál es tu nombre?

Celeste hace un gesto de convulsión.

Ahora, el Suero controla sus palabras.

-Marina -dice.

Estoy a punto de caerme de mi asiento.

-¿Es ese es tu verdadero nombre? -pregunta Niles.

-No -vuelve a lanzar el mismo efecto.

-¿Cuál es tu verdadero nombre?

-Celeste -dice ella, al mismo tiempo que hace una mueca de disgusto.

Ethan y Jacob me están mirando.

-¿Quiénes son tus padres? -cuestiona Niles.

-Herbert* y Karol Goya.

-¿Eres originaria de Osadía? -sigue Niles.

-No -dice, y las palabras salen de su boca sin control-. Me transferí de Erudición.

Escucho murmullos y gritillos de asombro en toda la audiencia. La pequeña conmoción es aprovechada por mis acompañantes.

-No me digas que ella es quien creo que es -dice Ethan, con voz asombrada.

Me gustaría poder mentir en estos instantes, pero sería inútil.

Regla Número Cuatro de un Veraz: Es imposible que no descubramos una mentira. Al menos, la mayor parte del tiempo.

Asiento.

-¿Tu amiga, la erudita? -cuestiona Jacob.

Me obligo a asentir otra vez.

-¿La tía que andaba contigo? -pregunta Ethan, más asombrado aún.

Le dedico una mirada fulminante.

-¿No la estás viendo?

Ethan y Jacob saben quién es Celeste.

La conocen desde la escuela. Ellos sabían de ella y viceversa. No importa qué tanto ella haya cambiado: mis compañeros veraces son expertos en comparar patrones de rostros.

-¡Silencio! -exclama Niles, regresándome a la realidad.

Todos se callan, de nuevo.

-Bien -responde Niles, satisfecho-. Joven Goya, ¿Por qué se transfirió?

La VengadoraWhere stories live. Discover now