Capítulo 29

17 3 1
                                    

Kang sigue hablando.

"Ante todo, considero que la única alternativa para mantener a Verdad a salvo es aliarnos con la facción de Erudición y llevar a cabo todas las demás condiciones que aún pueden ser acatadas por nosotros."

Mira, Celeste, mi voz en mi mente se escucha sin vida, mira qué cobarde es Verdad.

Ser un cobarde dentro de un grupo de cobardes no me hace sentir mejor.

"Por lo tanto, les solicito a todos que se presenten al Punto de Reunión para que podamos formar la lista de veraces que no han sido inyectados, lista que Erudición solicita con urgencia."

No te mereces mi respeto, Kang.

Sigo divagando, en la inconsciencia.

"Y recalco..."—su voz suena derrotada— "que, por la supervivencia de la facción de Verdad, todos los divergentes de nuestra facción deben entregarse a Erudición."

Eso me despierta.

Eso me devuelve a la realidad.

¿Había oído bien?

"Todos los divergentes de nuestra facción deben entregarse a Erudición."

Lo entiendo. Erudición quiere divergentes. Si no los obtiene, atacará Verdad y nosotros, sin la ayuda de los Leales a Osadía, no podemos defendernos. Mi facción perecerá si los divergentes no son entregados.

Ya no me sorprende lo que pienso a continuación.

Se acabó. Ya me cansé de decir tantas mentiras.

Ya es hora de que me conozcan en realidad.

Me voy a entregar.

Después, susurro:

—Me voy a entregar.

*****

Apuntan mi nombre dentro de la lista de veraces con el disparo del disco y me desaparezco del Punto de Reunión lo más pronto posible. Camino por el pasillo, como un alma en pena, y veo a Ethan pasar en dirección contraria.

Frunzo mis labios. Estoy preparado para que Ethan me diga "te lo dije" y me regañe delante de todos...

...pero resulta que está de muy buen humor.

—Hola, Luhan —dice, sin sonreír, pero con un brillo en los ojos fáciles de detectar— ¿Ya saliste de esa estúpida cola? Qué bien. Espero no tener que desperdiciar mi valioso tiempo.

—¿Qué deseas, Ethan? —le digo, no con mucha amabilidad de mi parte.

—Nada. Solo estoy saludando —de repente, me mira, como recordando algo—. Es una pena que todos esos locos se hayan ido, ¿no?

Tengo que usar cada gramo de mi ser para no poner cara de tristeza.

—Querrás decir, es una pena para mí...

—No tan rápido. En realidad, que esos tipos ya no estén aquí es una pérdida importante para nosotros, si lo pienso bien.

¿Qué está pasando?

¿Por qué Ethan ha dicho eso y la verdad aflora en sus palabras?

¿Qué ha pasado en mi facción? Siento como si me hubiese ido por años en vez de horas.

La VengadoraWhere stories live. Discover now