Capítulo 35

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Todos en la celda estamos angustiados. Apenados. Desesperanzados.

Hemos escuchado lo que el último grupo ha tenido que visualizar: una simulación con sus recuerdos que, por más que lo intentaron, no lograron encontrar las pistas que les indicaran que todo lo que veían era irreal.

Lo más desgarrador fue la simulación final. Según las teorías de ellos, lograron mejorar el suero simulador anterior —el mismo que usaron contra Abnegación— y lo probaron en sus organismos. Frederick calcula que solo fueron quince minutos.

Quince minutos. Eso es tiempo suficiente para matar a un grupo de personas.

No obstante, pese a todo lo malo que significa ese nuevo suero, comprendemos que todavía no hemos llegado a lo peor de lo peor.

El sujeto experimental es nuestra última esperanza. Si el suero no funciona en ella, entonces Erudición seguirá investigando. Si lo hace...

Podría ser el fin.

*****

Los eruditos no han hecho su aparición hasta ahora. Los Traidores limpiaron el desastre vomitivo, dejaron un poco comida y desaparecieron. Han pasado unas catorce horas desde entonces, según mi reloj mental.

Hace unos ocho minutos, formamos un círculo como la primera vez que estuvimos juntos aquí. Nadie dice nada ni hace nada. Tampoco sé si alguien quiere decir o hacer algo.

Bree, siempre fiel a mi lado, sostiene la mano de Annie. Jeff está sumido en un profundo silencio, ajeno a su cotidiana personalidad. Por su parte, Aaron murmura unas palabras y sé que debe estar rezando.

Me gustaría preguntarle cómo sabe si el Dios a quien le habla le escucha, pero retengo la pregunta. Nunca he sentido interés por los asuntos espirituales, y tampoco es que desea morir sabiéndolo. Estoy más cerca de mi muerte; no importa si Dios existe o no.

Yo solo cierro mis ojos, y pienso.

Pienso en muchas cosas, pero sobre todo estoy pensando en ella. En que si sabrá que Erudición está aproximándose a la dominación total de la ciudad, que mi muerte es inevitable a medida que los segundos transcurren.

Me pregunto si todavía le importará.

Una parte de mi cerebro empieza a desenvolver pistas sueltas de todo lo que me ha ocurrido hasta hora.

Todo empezó con su traición: recuerdo lo dolido que estaba y cómo mis emociones drenaron por completo todas mis habilidades de detección de mentiras. Cuando lo pienso con más precisión, rememoro lo que me dijo Jacob hace un par de semanas atrás.

Los sentimientos... nublan las habilidades de un veraz, incluso de los más expertos.

Puede que mis sentimientos me hayan jugado una trampa cuando Celeste me ocultó la visita de su hermana (porque después de la primera semana en Verdad, en realidad no me preocupé en leer sus expresiones)...pero... ¿y si son mis emociones quienes me han impedido descubrir alguna maquinación oculta?

Porque aquí hay algo escondido. ¿Qué hay de Becca y Blas, ese día, incómodos, mientras nos seguían? En cuanto a Ella...bueno, puede que ella también haya jugado con mis emociones, incluso mucho mejor que su hermana. Después, está esa chica la misteriosa en la sala cuando estaba convaleciente, consolándome. ¿Quién era? ¿A qué se refería con "no creas nada de lo que suceda ahora"? ¿Por qué ayudarme, si es una erudita?

No estás solo, me dijo.

¿Se refería a mis amigos divergentes o...?

No entiendes nada.

La VengadoraWhere stories live. Discover now