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Si había algo que odiaba Hoseok más que le tocaran, era el insomnio.

Sentado en una esquina de su mesa frente a los alumnos de su clase, no puede evitar pestañear cansinamente por culpa de un chico irritante que no ha dejado de ocupar su mente toda la noche.

¿Por qué un Kim Taehyung en ropa interior se negaba a dejar su cabeza? Era insoportable la facilidad con la que podía cerrar los ojos y ver su imagen abriendo la puerta azul del departamento con el dorado número 12, su torso desnudo con manchas desperdigadas de pintura de varios colores, su nariz manchada con pintura verde y su expresión sorprendida, lo estrecha que se veía su cintura, la curva de sus caderas y sus delgadas piernas de piel canela, y luego todo devuelta a sus inescrutables ojos y el cabello tomado en una coleta, con un sólo mechón cayendo en su frente y rozando su boca entreabierta.

Lo recordaba con tanta nitidez que provocaba un cosquilleo en su bajo abdomen.

Ni siquiera tenía una respuesta clara del porqué su corazón latió tan deprisa cuando lo vio, si por el hecho de que fuera él o porque estaba medio desnudo.

Lo que sea que fuera la respuesta, se inclinaba más porque era él y porque no tenía idea de que vivía en el piso de abajo del suyo. Hoseok estaba cien por ciento seguro de que él era heterosexual y que eso no iba a cambiar por encontrar a Taehyung... guapo.

Aunque esa definición le quedara muy corta.

Se preguntó si Namjoon le había visto alguna vez, porque él definitivamente jamás se lo había cruzado antes. O eso pensaba. Tal vez había pasado por su lado y nunca se dio cuenta, conociendo las casualidades de la vida no le sorprendería.

Lo que si le sorprendía fue la manera en la que Taehyung le habló. Jamás pensó que le faltaría el respeto de esa forma, pero para ser justos, Hoseok le había insultado primero. Pero en parte era culpa de Taehyung, ¿Por qué demonios puso la música tan fuerte? Hoseok sufría fácilmente episodios de insomnio y con el problema que tenía con Mel no se le hacían las cosas más fáciles.

Siempre tuvo una imagen buena -e irritante- de Taehyung -que obviamente jamás le detuvo de ser esquivo con él-, y ahora que conocía lo desafiante que podía ser, lo único que le provocaba era que por fin tenía una excusa para jamás volver a hablar con él.

De seguro ahora Taehyung lo odiaba y no volvía acercarse a él.

Sonrió sintiendo que una piedra se le quitaba del camino. Una piedra molestosa y que tenía un cuerpo envidiable.

Cuando terminó la hora de clases, tuvo otras dos más en la tarde hasta que llegó la hora de almuerzo, donde comió en una tienda de fideos acompañado de Seokjin, el enfermero y de Hyu, una profesora de psicología social bastante atractiva sino fuera por sus lentes de montura gruesa que hacían ver su nariz grande.

Todo iba bien, reían y conversaban sobre sus clases, contando anécdotas de sus alumnos y sus vidas, hasta que Hyu contó que había olvidado las llaves de su casa en la sala de profesores y que hoy en la mañana las había buscado, encontrándose con Taehyung y Jimin allí.

- ¿Saben? Creo que Jimin y Taehyung están en una relación -ante eso, tanto Seokjin como él casi escupen sus fideos- porque cuando entré Taehyung estaba abrazando a Jimin mientras él le acariciaba el cabello y jugaba en su celular. Se veían muy lindos.

- No, ellos son así -defendio Seokjin-, más bien, Taehyung es así, la otra vez lo vi abrazando a Yosung de la cintura y luego lo vi abrazando a Song Ji, la auxiliar, por bastante tiempo si contamos con que a Song Ji le apesta el aliento.

Hoseok tragó sus fideos, sintiéndose aún más molesto.

- ¿Qué demonios está mal con él?

- Yo lo encuentro tierno -rió Seokjin-, también me ha dado muchos abrazos.

Tócame. HOPEV.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن