28

17.2K 2.8K 739
                                    

Parado frente a la puerta azulada número doce, se mordió los labios pasándose las manos por el cabello hasta masajear su nuca.

Estaba tan inquieto que no pudo evitar apoyar la mano en el contorno de la puerta, respirando con cierta dificultad y debatiéndose internamente a punto de perder la paciencia consigo mismo.

<< Puedes irte. Puedes volver a casa y no volver a verle si te lo propones. Puedes sobrevivir sin esas pastillas, hacer un esfuerzo, comprar a fin de mes. Puedes hacerlo, entonces, ¿Para qué te haces esto? >>

Hoseok gimió bajito, sintiéndose impotente ante las emociones que le erizaban la piel. Se dio la vuelta dispuesto a irse, pero luego volvía a caminar devuelta a la puerta y así sucesivamente hasta que tres personas salieron de otro departamento, mirándole extrañados, tal vez pensando qué hacía ese loco allí parado como un león enjaulado sin entrar, por lo que tocó la puerta casi con impulso, tratando de lucir lo más calmado posible.

Cuando Taehyung apareció frente a él, viéndose tan bonito con el cabello echado hacia atrás por una bandana roja, despejando su rostro, usando pantalones cortos y una bata de cocina que tenía varios pollos animados impresos en ella cubriendo su torso desnudo y sonriendo tan encantadoramente hicieron que a Hoseok le temblaran los labios, tragando saliva.

- Pensé que te ibas a tardar más -esbozó juguetón, bajo la mirada seria de Hoseok-, ¿Me extrañaste? 

El profesor ladeó la cabeza, su corazón bombeando fuerte contra su pecho ante su descaro,  suspirando y tratando de mantenerse lo más inexpresivo posible. Se cruzó de brazos, sosteniéndole la mirada tan burlona como su tono de voz.

- No me quedaré, vine a decirte algo.

- Oh, ¿En serio? -se sorprendió Taehyung, acostumbrado a las malas expresiones del profesor, mirando por sobre su hombro y abriendo la puerta totalmente invitándole a entrar-. Entra, deje la cocina encendida -corriendo dentro del departamento y desapareciendo por la cocina, Hoseok suspiró derrotado y entró, sacándose sus pantuflas y siguiendo el rastro invisible del escultor, que se encontraba frente a la encimera revolviendo con palillos lo que en una olla contenía fideos-. ¿Quieres Ramen? Es lo único que sé preparar a la perfección, soy un asco cocinando para mí, peor si es para alguien más, pero...

- No, ya comí -negó Hoseok, apoyándose en el contorno de la puerta. Taehyung lo miró con ojos de cachorro, abultando su boca de una forma tan insinuante que Hoseok apartó la mirada.

- Anda, acepta, te estoy invitando -insistió enfurruñándose-, no seas grosero.

- No, Taehyung -suspiró Hoseok, manteniéndose firme para volver a mirarle-. Quiero decirte que...

- ¿Te gustan dos huevos o uno? -le interrumpió otra vez, realmente sin querer aceptar un no por respuesta. Hoseok frunció el entrecejo, malhumorándose, porque ver desnuda la espalda baja del escultor dando paso a la prominencia de su parte trasera no le ayudaba para nada a concentrarse en lo que tenía que decirle y en ser terco con su decisión. Estaba flaqueando patéticamente-. Va a tener carne de cerno, también. Casi me corto un dedo cortándola esta mañana, ¿Por qué tiene que costar tan caro? Sentí que perdí un riñón cuando lo compré, ¿Sabes pelar zanahorias? Odio pelar zanahorias, pero me gusta comerlas sin cocerlas, a veces les echo limón y... 

- Taehyung, vine por mi pastilla -prorrumpió, al ver que el escultor empezaría a desvariar en sus ideas cada vez que se ponía nervioso. Estaba enfadándose porque la expresión decepcionada de Taehyung no lo ayudaba en nada-. No a charlar contigo.

- Oh, ¿No vas a quedarte un rato más? -musitó desilusionado, aunque trataba de recomponerse, Hoseok podía darse cuenta al ver como sus pestañas revoloteaban y su lengua se asomaba entre sus labios-. Aún me faltan varios arreglos en la escultura, como la parte de la escápula y...

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now