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- ¿Alguna vez has pensado vivir en otro país?

Hoseok miró por encima de su hombro, mientras freía la carne en la pequeña asadora eléctrica al lado de la encimera. Dándole vuelta a la carne con los palillos y lamiendo sus dedos indice y medio con sabor a sal, se giró para mirar directamente a Taehyung, quien estaba sentado en el mueble de la cocina a sus espaldas, apoyando las manos en el contorno del mueble mientras balanceaba los pies descalzos en el aire, mirándole fijo con sus ojos curiosos y brillantes, sin darse cuenta de las notorias marcas y rastros de todo lo que había pasado entre los dos en ese mullido sillón. 

Tenía el cabello suelto, despeinado en ondas por el amarre de la coleta, traía puesta la sudadera gris de Hoseok que le quedaba tan suelta y grande como a él y no traía pantalones, sólo los bóxers, dejando ver piernas delgadas en las pantorrillas, pero con muslos gruesos y atractivos. No podía evitar un cosquilleo de reanudada excitación en su cuerpo cuando veía el cuello de Taehyung repleto de las marcas de sus besos, sus mejillas aún sonrojadas y sus labios hinchados de tanto besarle, su frente aún con restos del brillante sudor provocado por el orgasmo. 

Hoseok pensaba que se estaba volviendo un pervertido, porque amaba el aroma de la piel de Taehyung, a sudor mezclado con el aroma de la pintura y el barro, el toque del sol y la crema hidratante. Le gustó el que Taehyung aún se encontrase con una expresión media embobada sin haberse bañado, aún con el toque de sus manos en la piel. Le gustaba la sensación de embriagadora y satisfactoria pertenencia que le había provocado Taehyung cuando se colocó su sudadera, que reposaba en el sillón de la sala, cuando fue por un vaso de agua a la cocina. Había sido un acto tan simple, pero a la vez le había provocado tantas cosas que Hoseok sintió que todo se le estaba yendo de las manos.

Pensó en irse, porque una sensación de angustia recorrió su estómago luego de la satisfacción, pero entonces Taehyung se dio la vuelta y le miró esbozando una sonrisa tímida y preguntó, << ¿Quieres algo de comer? >> y entonces supo que aunque quisiera nunca podría irse.

Hoseok retuvo un suspiro, volviéndose hacia la parrilla.

- Me gustaría visitar varios -se encogió de hombros con simpleza-, Inglaterra, Francia... toda Europa, donde han nacido varios escritores de obras clásicas, como Hermann Hesse, Charles Dickens, George Orwell, Agatha Christie, Michael Ende... sólo por nombrar algunos pocos de todos los que me gustan.

- Así que te has leído todos los libros clásicos, ¿Verdad? -preguntó animado. Hoseok sonrió con diversión.

- No, aún me falta leer la biblia y todos los libros de Stephen King que me regaló Mel. 

Taehyung soltó una carcajada ante su tono burlón, mordiéndose el labio inferior con aire pensativo.

- A mí también me gusta leer, aunque no lo hago a menudo porque soy alguien más... práctico -Hoseok se dio la vuelta, enarcando una ceja con renovada diversión y extrañeza mientras veía la sonrisa tierna y avergonzada del escultor-. Tienes que recomendarme libros.

- Te recomendaré libros si tu me recomiendas música -le señaló Hoseok con los palillos-. Me gusta la que sueles poner en tu celular cuando estás enfocado en tu trabajo -pensativo sobre ciertas manías que había notado de Taehyung, volvió a mirarle frunciendo el entrecejo, curioso-, ¿Siempre pones música dependiendo de tu estado de ánimo cuando trabajas?

- Sí, ¿Quién no lo hace? -asintió Taehyung sonriente, dando un pequeño respingo emocionado por tener la completa atención e interés de Hoseok-. Si estoy eufórico pongo algo de Seo Taeji and Boys, The Clash, Pixies... Si estoy relajado o quiero concentrarme, pongo algo de música clásica, Chet Baker o Louis Armstrong. Y si estoy en un intermedio raro de mis emociones, me gusta poner baladas románticas como las de Sam Smith o a Celine Dion -el profesor asintió, tratando de no sonreír, porque se lo había esperado. Hoseok se dio cuenta que el rostro de Taehyung seguía intensamente sonrojado, porque siempre se veía mucho más avergonzado cuando le preguntaba por él que cuando le quitaba la ropa en el sillón. Cuando lo hacía, Taehyung se veía más emocionado y expectante que tímido. Hoseok volvió a darse la vuelta, ocultando su propio sonrojo y el temblor en sus labios, tragando saliva, escuchando la voz de Taehyung a su espalda-. ¿Y tú?

Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora