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- ¿Escuchaste lo de Yang Mi?

Hoseok dejó de comer al escuchar la voz a sus espaldas.

Estaba sentado lo más alejado posible de las otras mesas donde los demás comían y de los cuidadores y trabajadores del lugar, pero aún así no podía evitar escuchar las conversaciones cuando sus voces se volvían demasiado bulliciosas. Sobre todo si pronunciaban ese nombre.

Habían pasado tres días desde que Yang Mi se fue y él trataba de hacer lo mismo que hacía todos los días antes de conocerla, aunque ya ni siquiera lo recordaba. Había sido tan difícil no pensar en ella, porque dolía y se sentía tan vacío a la vez, como si pudiera drenar todas sus emociones, haciéndole sentir como si no estuviera realmente allí. Si pudiera compararse con algo, sería el juguete que su madre le había regalado en una navidad pasada; un robot que daba exactamente tres pasos para luego caerse y que su tío había roto en un arranque de enojo. Además, se le había ido la voz. Todo lo que hacía era asentir o negar cuando le preguntaban algo. Una de las cuidadoras, Kyo Jin, no le quitaba la mirada de encima al verlo comer solo.

- ¿Estás bien, Hoseok? -le preguntó, sentada frente a él y una silla más alejada-. Te ves algo pálido, ¿Quieres que te de algún medicamento para el dolor de estómago? -Hoseok negó sin mirarla, volviendo a echarse una cucharada de sopa a la boca, tragando con dificultad porque se le estaba revolviendo el estómago. Kyo Jin pareció convencida, porque sólo le dio una sonrisa incómoda y volvió a su comida, para luego prestar atención a otra niña a su lado.

- ¿En serio? -volvió a escuchar esta vez una voz de chico. Estaba seguro que era el grupo que siempre le molestaba, pero no quería darse la vuelta para comprobarlo, así que siguió con la cabeza gacha, dando pequeños sorbos a la sopa-, ¿Qué le pasó?

- Se fugó y nadie sabe dónde está -respondió una chica con un tono de voz misterioso-. Sus compañeras de habitación dijeron que estaba rara, loca, siempre se despertaba llorando por pesadillas últimamente.

- Todos tenemos pesadillas cuando estamos aquí, no es gran cosa -dijo otro de ellos-. Pero no lo entiendo, tío Choi la iba adoptar, ¿Por qué se escapó?

- Porque es una estúpida engreída -respondió otra chica, con desprecio-, ¿Por qué más sería? Tenía a la mejor persona del mundo queriendo ser su padre y ella desperdicia esa oportunidad por... por... ¡Por tonta! Ojalá tío Choi decida adoptar a alguno de nosotros que se lo merezca más.

- ¿Querrás decir a ti? -insinuó otro chico.

- ¿Por qué no? -respondió la misma de antes-. Yo sería una buena hija.

- Lo serías, sino tuvieras cara de cerdo -bromeó otro chico, haciendo reír a los demás-, ¡Oink, oink!

- ¡Cállate, Woo Sik, idiota! -se quejó ella-, ¡Tú tienes cara de retrasado!

- Ya, bajen la voz o nos retarán -intervino el primer chico-, ¿Han visto al tío Choi?

- Yo lo vi ayer, se le veía muy preocupado -respondió esta vez, una voz calmada y más aguda-. Debe estar buscándola... a pesar de que ella era muy mala con él... siempre vi que la trato muy bien. No entiendo a Yang Mi... ¿Y si tal vez la secuestraron?

- No, me dijeron que se llevó varias de sus cosas -negó la primera chica-. Definitivamente se escapó. Tal vez tuviera algún novio o su familia fuera parte de la mafia... ¡Tal vez estaba embarazada!

- Por favor, es Yang Mi -rió la chica con tono de voz altanero-. No era tan bonita para ninguno de esos dos casos. Las personas de la mafia siempre son gente guapa, ¿Cómo crees que logran engañarte?

- De seguro aparecerá en unos cuantos días más cuando tío Choi la encuentre y se la lleve con él.

- ¿Y si estuviera muerta? 

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now