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Para Hoseok era difícil ver al escultor siendo tan bonito en medio de tantas personas.

Vestía casualmente, lo que consistía en un elegante abrigo café castaño, su pañoleta roja y su boina negra. Aquella era la ropa más casual que tenía en esos días y, aunque no tenía tantas camisas, Hoseok sabía que no tardaría en comprarse más. Taehyung estaba empezando a adquirir más gusto en la ropa elegante estilo Europeo, que en las roídas camisas que portaba la primera vez que lo vio en su departamento hace más de cuatro meses atrás, aunque su cabello seguía del mismo largo desde que lo conoció, más abajo de su barbilla y con haces rubios en las puntas. Él, en cambio, el rojo de su cabello se estaba perdiendo volviéndose del negro azabache natural, vistiendo de la misma forma casual, con jeans y camisetas, excepto porque ahora también tenía un abrigo negro que Taehyung le había regalado -y porque en secreto, estaba seguro, adoraba las cosas de pareja- así que se lo había puesto, junto a un gorro beige, una mascarilla negra, sus jeans negros y zapatillas para estar más cómodo.

Ambos se habían arreglado para ir al evento en la Universidad, donde incluso irían ídolos que a muchos profesores les gustaba para una presentación. Si le preguntasen, a él le gustaban más los bailes que las canciones, por eso siempre se ponía en un sector alto donde pudiera ver todo el escenario, además de lo obvio y la verdadera razón del porqué no estaba entre el público; odiaba estar entre tanta gente y eso no iba a cambiar. Solamente mirar a todo ese mar de personas juntas hace que se le contraiga el estómago a punto de vomitar, por eso Taehyung no insistió en que lo acompañase. Se había puesto en una de las escaleras a pocos metros de donde estaba Taehyung, casi al final de las filas de personas frente al gran escenario que abarcaba todo el centro del campus abierto iluminado por las estrellas. Podía ver como Taehyung conversaba con Jimin, Jungkook, su amiga Hyesun y con otro profesor que se le había olvidado su nombre -pero terminaba con Gum- y con Namjoon y Mel que se habían colado a última hora gracias a ellos, porque era domingo y además se habían retirado temprano del trabajo. Todos querían estar más cerca del escenario, en especial Namjoon y Mel, y de vez en cuando los perdía de vista, pero luego volvía a ver como Taehyung se daba la vuelta y le hacía señas de corazones con los brazos.

<< Este hombre va a matarme si sigue siendo tan adorable >>, pensaba afligido, porque después de reír, no podía evitar sentirse triste al saber que un día Taehyung ya no estaría y que sólo lo vería de vez en cuando o por vídeo llamada. Cada día le costaba menos asimilar la sensación de pérdida, porque se enfocaba en otras cosas. Trataba de no desanimarse, de estar feliz porque lo tenía a su lado y que lo amaba, pero de todas formas era doloroso saber que un día la calidez de su mano ya no estaría y que sólo quedarían los recuerdos de pequeños rastros que dejaría en él. No quería pensar en ese día, pero a veces era inevitable.

Y estaba sumiéndose en una tristeza silenciosa e inconsciente, cuando de reojo vio como alguien se acercaba a él a paso rápido y seguro. Se fijo bien en su aspecto, con su chaqueta de jeans negra, sus pantalones azules casuales y sus zapatos brogue, y le extraño que fuera Jimin quien lo estaba mirando con una sonrisa incómoda como si quisiera decirle algo, pero no supiera cómo.

- ¿Y Taehyung? -preguntó Hoseok extrañado, al ver que no venía con él y que no podía encontrarlo entre la multitud.

- Fue al baño con Jungkookie -respondió, poniéndose al lado de Hoseok y apoyándose en la barandilla.

- Oh -musito-. Claro.

Hasta el silencio era incómodo. Hoseok se rascó la nuca, mordiendo su labio inferior reseco por el frío, preguntándose porqué Park Jimin se acercaba por voluntad propia o si es que había sido Taehyung quien le había pedido que se acercase al verlo solo. Dudaba que fuera la segunda opción, porque tenía la sensación de que era el tipo de persona que hacía lo que quería, y si no quería hablar con él, pues no lo iba hacer. Incluso a veces Hoseok podía ver que su comúnmente mirada y sonrisa amable y encantadora, se volvía de piedra como si nada ni nadie pudiera derribarlo. 

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now