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Ese día llovía a cántaros.

Ningún niño podía jugar en el jardín, ya que no habían suficientes botas de agua ni impermeables en buen estado para todos los huérfanos. El gobierno aun no les suministraba nuevos insumos para el comienzo de año, y las donaciones no habían sido suficiente, por ende ningún cuidador quería arriesgarse a que se enfermaran durante ese tiempo de escasez.

Eran las tres de la tarde y Hoseok estaba oculto debajo de la cama, boca abajo contra el piso de madera, lo más cerca posible de la pared, sintiendo como el polvo picaba su nariz dándole ganas de estornudar. Escuchaba atentamente como la lluvia golpeaba contra la ventana y esperaba que la amenaza que rondaba por la habitación se fuera para poder salir de allí.

- No vas a poder esconderte todo el día, pequeño ratón -exclamaba burlón. Encogiéndose ante la voz, vio como los calcetines sucios y roídos de los tres chicos pasaban de largo hacia la puerta, desapareciendo por el pasillo mientras se reían a costas de él.

Hoseok no podía evitar ser torpe cuando estaba hambriento. Sabía que había sido culpa de su torpeza el que accidentalmente volcara su almuerzo encima a una de las chicas que era amiga de los chicos que más le molestaban. Sabía perfectamente que lo golpearían por eso. Odiaba meterse en problemas y estar constantemente bajo la mirada de los cuidadores y los chicos que insistían en tener una mínima excusa para molestarlo.

Aquellos chicos lo veían como una rata, débil y escurridizo, por ser delgado y pequeño. Él trataba de defenderse lo mejor que podía, y aunque algunos chicos lo trataban bien, terminaban alejándose igualmente. Él le echaba toda la culpa a los adultos, quienes suponía que solían prestarle más atención porque odiaba tratar con ellos; entre más los ignoraba, más se empeñaban en acercarse a él. No los comprendía y, por supuesto, los demás chicos tampoco.

Odiaba cuando sus compañeros de cuarto lo miraban con cierta envidia o que los adultos fingieran estar preocupados por él. Apenas se llevaba bien con dos chicos de su cuarto, pero a veces también solían ignorarle. No sabía cuánto más iba aguantar todo aquello, porque aunque una vez se escapó para ir a su antigua casa, no tuvo la valentía para tocar la puerta. Esperó a que su madre llegase o cualquier persona, pero eso nunca sucedió.

Habían pasado dos meses desde que llegó al orfanato, desde que lo dejaron en el parque temático. Descubrió que su madre había planeado su abandono por comentarios que escuchó de la señora Jung, la mujer que lo encontró, y un oficial de policía llamado Choi que venía a visitar el orfanato con frecuencia. Ambos le preguntaban sobre cómo era su vida con su madre y su padre -en su mayoría- ausente. Por más que él les decía que quería volver con ella, nunca tuvo el valor para preguntar "¿Mi madre ya no me quiere?, ¿Va a volver por mí algún día?", porque tenía tanto miedo de la respuesta, que ellos siempre terminaban leyéndole la mente, tratando de consolarlo al decirle que era mucho mejor que estuviera allí, porque nadie de su familia podría hacerse cargo de él. Hoseok sabía que ellos evitaban usar la palabra << quería >>.

Nunca se sintió como si el orfanato fuera un lugar seguro, donde podría descansar o sentirse como si no fuera un estorbo. Desde que llegó siempre se sentía asustado, extrañando el calor de su madre y hasta los malos tratos de sus abuelos o sus tíos. Incluso de su padre, quien no fue más que una sombra para él. Los únicos momentos que recordaba estar con él eran cuando solía llevarle Soju al sillón, en el cumpleaños de su madre o cuando lo iba a buscar al colegio. 

Tal vez se sentía seguro bajo las mantas de su actual cama, pero respecto a las personas, con ninguna se sentía completamente seguro.

Excepto ese día.

Todo empezó con un descuidado y fuerte estornudo de su parte, y unos pies descalzos que entraron a la habitación.

- ¿Por qué estás debajo de la cama? -preguntó una voz aguda de niña, su rostro asomándose a centímetros del suelo y mirándole con unos ojos curiosos y brillantes como estrellas.

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now