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- ¿A dónde vamos?

Cruzando la calle, Taehyung metió las manos dentro de su abrigo y enrolló su bufanda dos veces alrededor de su cuello, a medida que caía la noche sobre ellos el frío se colaba por la ropa haciéndole temblar, aunque sospechaba que también le hacía temblar la presencia del chico a su lado, luciendo despampanante vestido entero de negro, su chaqueta de cuero, jeans y botas, reluciendo su bufanda azul marino. Era extraño verlo vestido así cuando conocía al profesor Jung, con sus camisas elegantes, pero cómodas y ese aire de sobriedad. En ese instante, sentía que ambos eran simples amigos yendo a beber algo y la sensación que embargaba su cuerpo, la emoción y la expectativa, hacían que se sintiera realmente feliz y que olvidara por completo ese estúpido mensaje que vio en el celular de Minho, cuando acabaron de tener sexo en la ducha -porque Taehyung no quería ensuciar su cama ni sus dos sillones- y Minho le estaba preparando algo para comer, descuidándose de su celular.

Sang-nim 

Amor, no te olvides de comprar la comida para Tom, recuerda que es un perro delicado.

Taehyung quiso vomitar cuando leyó eso. Se sintió enfermo, más de lo que ya se sentía teniendo relaciones con el chico que le lastimó, porque había una persona que había sido lastimada por su culpa, aunque no lo supiera. Sabía lo que se sentía. Y se sintió tan furioso que no tardó en tirar el celular directamente a la cara de Minho. Se sintió tan enojado consigo mismo por haber puesto como prioridad su satisfacción sexual en vez de su integridad como persona, porque las cosas no debieron suceder de esa manera. 

Él no debió haber pensado que las caricias en su cuerpo eran de Hoseok. 

No debió haber cerrado los ojos y pensado que quien estaba encima de él, detrás de él y por todas partes, besándolo, tocándole y haciéndole sentir por un momento en el mismo cielo, era Jung Hoseok. 

No debió haber permitido fantasear de esa forma con él, porque no debió ensuciar su imagen de esa manera. Todos los pedazos de él se estaban rompiendo por un deseo tan fuerte y tan imposible por Jung Hoseok que no hallaba otra forma de sacárselo de encima, necesitaba tanto su piel que se sentía hambriento y sólo se dio cuenta de eso cuando ya lo había hecho. Minho le había quitado un poco de esa hambre, pero se daba cuenta que era una fantasía, que sólo podía obtener eso. Sexo imaginario y vacío. Una fantasía que ni siquiera le hacía feliz, que provocó tristeza más que otra cosa, porque si hubiera tenido que agradecer a alguien por esos dos orgasmos, le hubiera agradecido al chico que ahora estaba caminando a su lado, peinando su cabello rojizo hacia atrás, ladeando la cabeza de esa forma en la que Taehyung le dan ganas de meter su nariz e inhalar por horas y horas.

Y lo más triste de todo aquello, es que él jamás lo sabría. Taehyung podría decirle que le gustaba, que estaba enamorado, pero Jung Hoseok realmente nunca sabría cuánto. Nunca sabría cómo. Nunca lo sabría.

- Conozco un lugar cerca de aquí que venden bebidas a bajo precio y tiene un karaoke -dijo Hoseok, rompiendo el silencio que se había formado entre ellos a una cuadra lejos del departamento-. Y al lado hay una pizzeria muy buena. Me muero por comer pizza.

Taehyung sonrió, porque a pesar de todo, tener a Hoseok a su lado era algo bueno. Demasiado bueno.

- Wow, que gran cita estamos teniendo -esbozó irónico.

El profesor resopló, girando los ojos y alzando las cejas hacia él.

- Lamento decepcionarte, pero no es una cita.

- ¿No es una cita de amigos? -reiteró Taehyung, haciéndose el desentendido y sólo logrando que Hoseok lo mirara indignado-. Por favor, profesor Jung, ¿De qué clase de cita hablas?

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now